• PARTE 001 •

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Octubre 01, Lunes, 2018

De nuevo siento la cabeza a punto de explotar y las manos adormecidas, no es momento de pensar en exámenes por hoy.

—Será la última vez que sucede, no te voy a tolerar esto una vez más.

Otro día maldiciendo estar aquí, un día más de burlas entre susurros y miradas generosas mirarme al cruzar la facultad, los comentarios de mis compañeros de clase me dan migraña.

—¡Scarlett! -escuché detrás mío a la consejera de la universidad llamarme al salir del edificio.

—¿Podrías darte prisa y decir lo que tengas que decir rápido? -miré a la mujer quien venía caminando tras de mí suprimiendo una queja.

—Scarlett, debemos hablar sobre algo ahora mismo. -la vi tomar mi brazo con extraña brusquedad en ella-. Pudiste terminar el semestre de no ser porque no fuiste a casa hace una semana.

Estaba hace algunos meses tomando una terapia, ella decía querer ayudarme con mis jaquecas que me atacaban de seis meses a la actualidad.

—¿Por qué hablas en pasado?, solamente no he asistido una vez y las cefaleas no cesan.

—Scar... Es un proceso lento, también serviría para distraerte.

—Basta, Marion, ya he hablado con mi padre al respecto. Debo enfocarme en mis exámenes finales.

—¿El señor Materazzi está enterado?

—Sí.

—¿Por qué? -sentí en su mirada frustración, entiendo su frustración al perder a su conejillo de indias.

—Es hora de ver a un médico, no me he sentido muy bien. -seguí mi camino safandome de su agarre-. Es enternecedor tu intento de ser una doctora para mí pero, fue suficiente.

—No necesitas los médicos que tu padre conoce, ya no necesitas verlos más.

—Jamás he ido a alguno desde que era una niña, ¿de qué hablas?

—No entiendes nada.

—No entiendo porqué estás obsesionada conmigo, desde que llegué aquí has estado detrás de mí todo el tiempo. Eres solamente una trabajadora social.

—Quiero ayudarte, no necesitabas ver a tu padre.

—Ese no es asunto tuyo.

—Ahora el señor Materazzi está aquí. ¿Sabes qué sigue después?

Me detuve de golpe y la miré fijamente esperando una explicación a sus palabras...

—¿Por qué está aquí tan de repente, Marion?

—Tú lo has llamado.

—¿Por qué has dicho que ya no continuaré aquí?

—Pronto hubiésemos terminado el tratamiento, ahora todo se fue a la basura.

Di la vuelta y pude haber corrido a rectoría de no ser por los estudiantes que estaban en el pasillo, estaba muy molesta, no estaba dispuesta a soportar esto otra vez. Podría fingir incluso que he tomado afecto a éste país con tal de no irme, por fin estoy apunto de conseguir algo teniendo todo bajo control. Al fin he conseguido estar medianamente sola, cuidar de mí y estoy muy cerca de terminar el ciclo escolar.

¡Sólo necesitaba un maldito médico!

—No me vas a hacer esto. -susurré antes de entrar.

Esa misma ropa grisasea elegante, zapatos color negro, reloj costoso y camisa blanca, esta vez no lleva corbata, el hombre de cincuenta años parece apacible en semblanza. Caminé y me senté frente al escritorio en la silla junto a mi padre.

—Buenas tardes, hija. -saludó el hombre.

—No he pedido mi cambio de escuela, estoy a muy poco de terminar mi semestre. -me dirigí al rector.

—Lo ha pedido el señor Materazzi, tienes problemas de salud al parecer. -el rector hizo una mueca casi indescriptible, ¡Él tampoco estaba de acuerdo!-. Scarlett Materazzi...

—Es tiempo de irnos. -interrumpió mi padre y se levantó de su asiento.

—No puede ser...

—Vayamos a casa.

Estar con mi padre era señal de inestabilidad a mi vida, hace años comenzó a trasladarme cada cierto tiempo de país cual figura de ajedrez, colocandome como si fuera un movimiento más en sus negocios, sin si quiera preguntarme. En cada uno de los sitios donde 'me colocaba' llevaba una identidad distinta, distintas historias que contar.

Hishida Yui; estudiante transferida a Vancouver Canada desde Japón. Aún recuerdo estar demasiado joven para ello, mi inglés era pésimo pero, SeokJin siempre estuvo para mí. Gran reto explicarle a los compañeros que soy japonesa; crecí allá, estaba estudiando allá, pero no sé hablar japonés, sin mencionar que mi apariencia es poco japonesa. Aprendí a socializar con quienes estaban a mi al rededor.

Sky Hringhorni; estudiante de preparatoria transferida desde Noruega a Egypto. La misma historia aunque un poco más fácil de manejar para ese entonces mi padre me obligó a aprender algunos idiomas y estaba consiente de lo que estaba pasando a mi al rededor. Aprendí muchos artes. Aunque no recuerde haberlo practicado jamás de alguna manera sé que lo he hecho.

Arabella Clayton; estudiante de primer grado de universidad trasferida de Estados Unidos a Brasil. Éste país fue un parte aguas en mi vida. Comencé a salir más con amigos en Río de Janeiro, estaba haciendo amigos y pedí a mi padre que podía cuidarme sin SeokJin y la vigilancia que siempre tenía sobre mí. Me estaba sintiendo libre y dejé de tener miedo a muchas cosas.

Para cuando pasó el tiempo me han dicho que volvía a viajar y ahora mi destino era Colombia bajo el nombre de Scarlett Materazzi, llegada desde Italia. El único que me venía conmigo a éste país era Jin.

Tengo un hermano con el cual hablo de vez en cuando, él también viaja constantemente y aunque hace años no lo veo le tengo mucho afecto. No puedo mencionarlo pero, existe y creo que existo también para él. Me han dicho que mi padre adoptó a un niño justo antes de la muerte de mi madre, más que una realidad parece un secreto a voces, jamás lo he visto.

Supongo que no importa mucho a decir verdad...

Me acostumbró a no tomar afecto ya a ningún sitio, aunque más que una decisión, fue una necesidad... Todo estaba saliendo bien, todo estaba bajo control. Estaba empezando a sentirme sola y autosuficiente.

—Pensé que al fallecer tu esposa dejarías esto...

—Era tu madre.

—¿Fue necesario hacer esto? Únicamente necesitaba un médico y no quería preocupar a Jin.

—Pensé que es mejor que vengas conmigo, podrás ser atendida después.

Esto es una pérdida de tiempo.

—Escuché que adoptaste a un niño.

—Sí, es un niño digno de reverenciar.

—Lástima que ahora es el niño más desdichado del planeta.

—Hann-Swan...

—Oh, siento eso. -voltee la mirada a la ventanilla-. Los más desdichados somos JiYong y yo, por llevar tu sangre.

[...]

REFLEJO ➳ Kim TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora