• PARTE 115 •

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Deseaba con toda mi alma que al menos me mirara con enojo, que me demostrará que ha tenido alguna reacción al verme... Su mirada tan inexpresiva me estaba acabando.

Tenía esperanza de encontrarme con otro hombre. Tenía la esperanza de encontrarme con el Taehyung compasivo de siempre, tenía la mínima esperanza de que al verme podría arreglar algo, por más infantil que haya sido esa idea.

Sus palabras, su rostro firme y los sentimientos de haber tenido un pasado con él tan extenso me hace querer hacer locuras.

-¡Por favor, di algo! -me exalté.

El debería estarme odiando.

-Hann-Swan.

Su voz débil pronunciar mi nombre en conjunto con esa mirada tan profunda matizada por sus labios abiertos en señal de querer decir algo más, para mi ver eso fue como si presionaran un botón de alerta en mi corazón.

Me arrodillé sin tener el menor cuidado en mi vestido. Lo hice tan rápido y con brusquedad que el dolor de mis rodillas al caer me recorrió hasta la cadera.

-Te ruego me perdones. -jadeé.

No fui capaz de seguir mirándolo así que dirigí mi vista hacia sus zapatos. Zapatos los cuales vi doblarse y enseguida frente a mí me encontré con aquel hombre de rodillas frente a mí.

-Estás aquí... -susurró extendiendo su mano hacia mi mejilla sin hacer contacto aún-. No te asesiné...

No te asesiné.

Su mano al fin tocó mi mejilla izquierda apenas con las puntas de sus largos dedos, sus ojos se ablandaban dejando a la vista ese color rosa debajo de ellos indicando que podría estar conteniendo el llanto.

Él está sufriendo. Sufriendo una vez más por mí.

-Taehyung, perdóname. -apreté mis labios conteniendo las ganas inhumanas que tenía por abrazarlo-. Estoy viva.

-Hann-Swan.

El hombre sin dejar de verme tomó mis manos y nos guió a ponernos de pie. Esta vez tomó mi cadera con fuerza y atrajo mi cuerpo al suyo, mientras que con la otra mano tomó mi nuca pegando nuestras frentes sin perder contacto visual.

Este hombre ha estado ganando fuerza.

-Taehyung.

Susurré y el hombre cerró sus ojos con gran fuerza que le hacían arrugas en la nariz, ceño y ojos. Su expresión era fácilmente deducible; estaba sufriendo, conteniendo algo lo suficientemente fuerte como para tensar todo en él.

-Te he llorado todas las noches desde hace setecientos cuarenta malditos días. -soltó un jadeo que escondía su nudo en la garganta-. Cada día peor que el anterior.

Contó cada día...

-Estoy aquí, estamos juntos. -respondí usando mis manos para sostener sus mejillas-. Mírame.

-Tengo miedo.

-¿A qué?

Cuestioné observando lágrimas escurrir de sus ojos cerrados aún, en armonía con sus brazos que se prensaban a mí.

-No quiero despertar de éste sueño donde aún estás conmigo. -exclamó negando con la cabeza-. Me gusta quedarme en ese momento que fuimos felices en Osaka. Me gusta quedarme con a idea de que aún estas conmigo... Detesto recordar que... -apretó sus manos con fuerza sobre mí cuerpo haciéndome encoger del dolor-. Te asesiné.

¡Soy real!, estoy aquí.

-Mírame, por favor. -intenté abrir sus ojos lentamente.

-No quiero despertar y darme cuenta que no eres real. Todas las mañanas sufro al abrir los ojos y sentir esa perdida de haberte tenido solamente en sueños. -hizo fuerza sobre mi cadera y cabeza-. Pero... Siento tu respiración, el latir de tu corazón y tu aliento.
Dios mío.

-Prometo que al abrir los ojos estaré aquí. -dije firme-. Pero, por favor mírame.

-Me prometes que al abrir los ojos no desaparecerás... Debo estar sumergido en la demencia como para creer las promesas de tu recuerdo.

Sentí sus manos aún más tensas.

-Juro que soy real... Taehyung, da un par de pasos atrás, cuenta mentalmente hasta tu número favorito y abres los ojos. Estaré aquí. -prometí una vez más.

-Esta es la alucinación más real que he tenido... -susurró.

-Taehyung, no soy una ilusión.

-De estar creyendo que esto sucederá podría estar totalmente loco. -me soltó lentamente y dio algunos pasos hacia atrás sin abrir los ojos totalmente-. No quiero imaginar qué pasará si esta vez al abrir los ojos tampoco estás.. Esta vez se siente distinto, como si...

Lo observé atenta. Sus movimientos eran lentos y podía sentir su voz llena de añoranza acompañada de resignación... Este es Taehyung, es Tete, no el monstruo que todos han dicho.

-Esta vez no te fallaré. -aseguré.

-¿Promesa real?

Apretó sus ojos y juntos sus manos delante de él, como si estuviera buscando el valor se saltar de un paracaídas o algo así de osado.

-Promesa real.

-Comenzaré a contar hasta el diez, ¿sí, Hannie?

Hannie...

-Sí, estaré aquí.

-Uno...

Dijo con voz casi temblorosa para seguir su conteo en la mente como era el plan... Esta vez no lo dejaré defraudado, tiene que saber que puede confiar en mí.

Seguí su conteo mentalmente y di un paso hacia adelante para estar frente a él para cuando abriera los ojos.

A pesar de su semblante angustiado y ansioso se puede apreciar a un Taehyung más grande, más adulto. Un Taehyung que solamente está asustado. Me destroza saber que he sido yo quien ha robado toda su felicidad solamente por seguir un absurdo plan donde la única beneficiaria sería yo, en teoría...

Unos brazos que golpearon mi rostro me taparon boca, nariz, ojos y manos, mientras que otras manos más me levantaban y podría jurar que bajamos la escalera.

Debo estar aquí.

No debo fallarle.

¡Taehyung me está esperando!

[...]

REFLEJO ➳ Kim TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora