Capítulo 31: No ignores el sentimiento

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Capítulo 31: No ignores el sentimiento

"Y tal vez incluso cuando todo termine en un desastre,

no puedes hacer las cosas mal, si lo haces por amor.

Cómo luchar contra la furia de un dragón –Cressida Cowell

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-No puedo... cumplimos con la parte del trato. Astrid está embarazada. –mintió deliberadamente, él sabía que su esposa no estaba en cinta, pero fue la única salida que consideró para tener una oportunidad de seguir juntos y salvos.

Ese hombre pagaría caro por la amenaza que le hacía a su lady, pero por el momento le seguiría el juego. Sólo duraría un par de días.

Axel enmudeció sin tener más argumentos para convencer al muchacho. Respiró para tranquilizarse, aunque no estaba completamente convencido.

-¿Es cierto? –preguntó para corroborar, levantándose del trono en el camarote.

Haddock endureció su mirada. –Claro que sí. Mi esposa, mi lady, la jefa de Berk tiene aproximadamente cinco semanas de embarazo. Cualquier comadrona le puede afirmar lo que digo. –mencionó completamente seguro, tanto que convenció al mismo Axel, aunque Hiccup temblaba por dentro.

El rey del archipiélago se molestó un poco, pero aun debía verificarlo, no permitiría una burla a él o a su legado.

-Perfecto. Me alegro que el futuro de Berk ya no es tan incierto. Ya era hora. Así que cumpliré mi parte. Retiraré mi oferta, y en este mismo momento envío el aviso para que puedan liberar a tu esposa y a sus amigas, no les hicieron nada, pero sí necesitaba que dijeras la verdad. –informó cuando hizo una seña a sus guardias, quienes sabían ya la orden del rey de ir a liberar a las mujeres; al mismo tiempo ordenó que uno de los guardias tomara las pertenencias de Astrid y se las llevó.

Hiccup respiró un poco más relajado al notar que liberarían a su esposa, pero no se fio de Axel aun. Es hombre era un enigma.

-Sólo te pediré una cosa más antes de que mi hija y yo nos regresemos mañana a la capital, porque si es traición...

-¿Me mataras? –le burló nuevamente.

-No, ya te dije, a ella. Aunque si hay problemas por los tratados de paz, desconoceré tu matrimonio.

Ni Hiccup ni Astrid ocupaban que su casamiento fuera reconocido por nadie. Aunque le costaba entender eso cuando el mismo Axel peleó con él cuando Astrid tuvo el problema del matrimonio con Dagur. Sus dioses los habían bendecido, ellos eran los que se amaban y era suficiente, pero no podía degradar a su esposa de esa manera. Aunque había aspectos más importantes, eran los reyes de dos islas, tenían estándares sociales que cumplir.

Tal vez algún día el mundo estaría preparado para dejar de lado esos esquemas de vida y sólo aceptar a las personas por lo que son en realidad.

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Las palabras que murmuró Amairani nadie las escuchó, y vaya que fue por fortuna.

-Sigo a la espera de una respuesta. –exigió la rubia, demostrando su carácter y autoridad. –Tal vez en Loften, capital de Luk Tuk las cosas son como quieres y mandas, pero princesa, aunque su puesto demuestre poderío, le recuerdo que en esta isla, soy la jefa, y por lo tanto exijo que declare las razones por las cuales mis amigas y yo estamos bajo su disposición. Cuando el jefe de Berk se entere de esto...

Cómo Escuchar a tu CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora