Capítulo 24: El hubiera no existe, pero sí una nueva oportunidad

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Capítulo 24: El hubiera no existe, pero sí una nueva oportunidad

Idiotas! ¡Idiotas! Estoy rodeado de gente con algas en lugar de cerebros".

-Cómo ser un pirata. — Cressida Cowell

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Empezó a abrir sus ojos lentamente. Estaba cansada pero se sentía muy relajada. Se removió un poco, sintiendo mucho frío en su espalda tras una pequeña ráfaga de aire que entró por las rendijas. Se removió un poco y se percató que estaba desnuda, esa vez no había tenido tiempo ni de ponerse su camisón. Miró al otro lado y se acurrucó a Hiccup, quien la abrazaba fuerte y posesivamente.

Una sonrisa complacida y llena de paz no se hizo tardar en aparecer en su rostro. No había pudor ni pena, por el contrario, sólo se sintió mejor recordando todo lo que había pasado en la noche en el Gran Salón, y por supuesto todo lo que había seguido en su habitación.

Le hacía falta él.

Acarició dulcemente el rostro de Hiccup, besó sus labios y volvió a acurrucarse, tratando de dormir un poco más, después de todo, esa mañana no tenía que fingir nada, ahora todo iba a estar bien entre ella y el jefe de Berk. Horas antes ella se le había entregado a él nuevamente, sintió mucha diferencia en sus acciones a comparación de otras veces, pero no iba a pensar en eso, sólo se dedicaría a disfrutar lo que su loco corazón le permitía.

Recostó la cabeza en el pecho del castaño y se dejó abrazar por él de nuevo.

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Sintió una calidez en su pecho y reaccionó que se trataba de Astrid. Se había acostumbrado a no sentirla que incluso le pareció extraño que estuviera abrazada a él. No puso objeción, por lo contrario, la abrazó también y fue cuando se dio cuenta que ya lo había estado haciendo. Respiró con profundidad, sus corazones se habían sincronizado. El dolor que los sumió en una tristeza, ahora era algo con lo que aprenderían a vivir. Perder a su bebé sin duda los cambió y también los unió.

Miró por la ventana y se dio cuenta que aún no había amanecido por completo, quizá fue porque a esa hora se despertaba últimamente para evitar a Astrid.

Miró a su lady descansar en sus brazos, le dio un beso en la frente y repitió en su mente todo lo que había ocurrido la noche anterior, vaya noche...

Sin embargo, por más que disfrutara de su compañía, había quedado con Fass de hablar con él a primera hora, y pronto sería ese momento. Salió de la cama y se vistió, aunque tardó un poco por colocarse la prótesis, también le colocó el camisón a Astrid, el mismo que siempre usaba para dormir, tenía una manía de vestirla después de cualquier encuentro amoroso que tuvieran, por lo que después de vestirla a ella también, bajó hacia la planta inferior.

Notó que su madre no estaba, seguramente estaba con Cloudjmper o andaba alistando las cosas que requerían de su atención en la Academia, pero no pasó desapercibido un papel que sobresalía de entre algunos libros que había. Supuso que su madre le había dejado un recado o aviso, pero no estaba más lejos de la realidad.

Lo tomó con cuidado y al abrirlo identificó en brevedad admirable que la grafía era de Astrid. Sonrió con ternura, tal vez le había dejado un mensaje, y en efecto, era un mensaje, pero no de lo que esperaba.

"Te odio"

Esas primeras palabras lo descolocaron por completo. Quizá estar allí no era la mejor opción para leer esa breve carta, por lo que decidió salir de la choza del jefe.

Cómo Escuchar a tu CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora