Un momento de esperanza

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Advertencia: ligero, imperceptible y muuuuuy sutil lime, no quiero gente ofendida, repito que no cambiaré el ragting.

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Capítulo 15: Un momento de esperanza

"Y esto fue lo sorprendente de la vida en Berk.

Era como el mar.

Un minuto había tormentas, naufragios, y escapes desesperados de dragones mortales,

el siguiente era tan tranquilo y pacífico, como si estas cosas nunca hubieran ocurrido ".

Manual de dragones mortíferos. –Cressida Cowell

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-¿Y no hay probabilidades de que sea tuyo? -se escuchó una voz detrás de ellos, ambos voltearon y encontraron a Heather, acortando la distancia para tenerlos más cerca y en voz baja siguió hablando. -Tal vez es tuyo, Hiccup, obviamente ustedes estuvieron juntos antes de que se fuera de la isla.

El chico movió la cabeza, derrotado, él sabía que no era así. -Yo también llegué a pensarlo por un segundo, pero ese bebé no es mío. –asumió con dolor. –Cuando Astrid... -no sabía cómo iniciar. -Bajó su sangre antes de que se fuera a Berserk, además que desde que nos casamos ella tomaba un té para no embarazarse. Con esa información y lo que Dagur me dijo, sé que... que él dijo que espera Astrid no es mío.

-Ay, Hiccup... justo cuando acababas de descubrir que el matrimonio es falso, bueno, que en realidad nunca se concretó. –comentó Gobber, quien al notar la furia con la que hablaba tomó una decisión. –Iré a recoger los papeles del tratado de paz para regresar Berk después, allá hablaremos con tu madre.

Hiccup asintió, se sentía derrotado.

-En serio lo siento, chico.

El herrero estaba por marcharse cuando de repente el jefe lo detuvo.

-Gobber... te prohíbo que comentes algo acerca de lo que Dagur me dijo... no quiero que nadie en Berk se entere.

Ver la firmeza de Hiccup y la rigidez con la que exigía la situación le hizo morderse la lengua, algo muy difícil para él.

-Cuenta conmigo. –asintió. –Iré a... a... leer las cláusulas de los tratados. Hoy más que nunca necesitamos aliados. –el herrero también estaba afectado, no quería que su amiga Astrid se marchara así.

El hombre rubio se retiró y dejó a los jóvenes en ese recoveco del bosque. Hiccup vio claramente el atardecer, anochecería pronto y debía regresar lo más rápido a Berk. Se sumió en el silencio, maldiciendo por lo bajo a Dagur y negándose la situación de Astrid, después de meditar mucho las decisiones que iba a tomar, optó por ponerse en pie y marcharse de allí, fue cuando recordó la presencia de Heather.

-¿Se te ofrece algo más? –preguntó, alzando una ceja.

Notó que la chica esta titubeante, e incluso le prestó atención por primera vez desde el ataque. Se dio cuenta que estaba más delgada, tenía ojeras (al igual que todos los vikingos) y notó que su cabello estaba notablemente corto... y mal cortado, fue cuando recordó lo que su madre le había dicho sobre el ataque de lealtad de Ruffnut. Se rio un poco, porque en realidad sí que se veía graciosa, pero la pelinegra lo había despistado muy bien.

Cómo Escuchar a tu CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora