Capítulo 29: Analiza tus opciones

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Capítulo 29: Analiza tus opciones

"Mi único y verdadero amor se desvaneció, y mi corazón se rompió ese día"

Cómo romper el corazón de un dragón. –Cressida Cowell

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La gente de Berk y Escalofrío se habían reunido en la arena de entrenamiento de la isla de los dragones. Todos estaban expectantes de los que los jefes de las islas decidieran. En medio de todos se encontraba la renegada princesa Annek, encadenada, quien tenía un vientre ligeramente abultado a pesar del vestido bastante ancho.

El hombre más allegado al jefe tomó la palabra desde el centro de la Arena, calmando los ánimos de la gente.

-Annek II Kulden. Se le acusa de agravio físico y emocional a Astrid Camicazi Essen Hofferson de Haddock, consorte de Berk y jefa legítima de Bog Burglar. –anunció Gobber mientras daba lectura al pergamino que Fishlegs le había escrito para la ocasión.

-Además de asesinar al heredero no nato de Berk. –masculló Hiccup permitiéndose ser escuchado por todos, sentado desde el trono del jefe mientras tomaba la mano de Astrid, sentada a su lado, quien mantenía una mirada dura y fría.

Todo Berk abucheó a la exprincesa, incluso le aventaron verduras y frutos podridos, avergonzándola más.

Gobber siguió hablando. –Deshonra a la familia Kulden, intento de difamación al honorable Jefe de Berk sobre falsa paternidad, confabulación y traición a la consorte de Berk... -dobló el pergamino después de enunciar los actos cometidos por ella y cedió la palabra.

-El castigo que la Isla Escalofrío da es el siguiente: destitución de su rango noble, se le desconoce como heredera legitima, el repudio por llevar en su vientre a un bastardo y... –informó Fass, el jefe de la isla en cuestión.

-Hermano, por favor, no puedes hacerme esto. –suplicó al verse de rodillas y atada de manos. –créeme que voy a cambiar, seré la mejor princesa del archipiélago pero...

-¡Silencio, furcia! –siguió hablando el jefe. –Y también se le condena a ser sierva de la isla de Berk, en lo que los jefes decidan.

Astrid sonrió a Fass, empezaba a considerar reestablecer las alianzas entre las tribus. Seguidamente Hiccup se puso de pie y todo el público de la arena guardó silencio.

-Mi esposa es la más agraviada en esto, pero tú, Annek, intentaste ofenderme y despreciarme a mí y al trono de Berk al dañar a mi esposa y la sucesión legítima que tendremos los burglars y los berkianos. –declamó una vez de pie y abriéndose paso hacia la enjuiciada.

Todo Berk aplaudió por las palabras de su jefe.

-Lo siento, en serio. No volveré a hacer nada, yo no puse el tarragillo, fueron las sirvientas. –intentó defenderse vanamente.

-Lo sabemos. Pero siguieron tus órdenes. –Astrid se puso de pie, mientras se acercaba a la marginada. –Fue tu plan.

-La soberana de esta isla es la que te dará el máximo castigo que hay en Berk, y felicidades, serás la primera en estrenarlo. –dijo Hiccup, tomando asiento en su trono de nuevo, dando libertad a Astrid de cumplir el castigo.

-No majestad, por favor. –la princesa se arrodilló y trató de alcanzarla para tocar sus pies, pero Astrid fue más rápida, y le dio a Stormfly la indicación de lanzarle espinas, lastimando la mano sucia de Annek al encajarse una de ellas en la palma de su extremidad. –Por favor, piedad.

Cómo Escuchar a tu CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora