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Advertencia: preparen pañuelos y no me quieran matar, aun falta el desenlace.
Capítulo 42: Esa voz en tu interior es el corazón
En otro momento, en otro lugar,
podría haber sido un rey
Pero en las ruinas de las torres de mi castillo,
las solitarias aves marinas cantan
Consumí mi mañana, no puedo regresar nunca
Pero todavía soy un héroe
Y un héroe es para siempre
Cómo traicionar la confianza de un dragón - Cressida Cowell
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Drago iba en el barco principal. Notó que los dragones los jalaban con mucha fuerza, eran dragones marinos, por lo que se desplazaban velozmente en agua sin problema alguno, incluso aprovechando las corrientes marinas para llegar más rápido, ni siquiera por el gran peso que cargaban con sus cuerpos se llegaban a detener.
Primero llegaron a Berserk donde terminaron de tomar la armada, encerraron a todos los miembros leales a Karena en el Gran Salón y les prohibieron salir, alegando que sus reyes estaban muertos. El pueblo se entristeció por sus dirigentes, pero aun así no se doblegaron ante las amenazas.
Muchos de los hombres asaltaron la armada y con el viejo pero útil truco de amenazarlos con hacerle daño a todos los berserkers empezaron a seguir a Drago.
Un día de viaje lento y reposar en una isla desierta para reabastecerse fue suficiente para estar listos para el próximo enfrentamiento.
-A Berk. –esa simple orden fue suficiente para que se movilizaran.
Al cabo de unas horas después del nubloso amanecer llegaron a los límites de la isla que pretendían tomar.
-Maten a todos, excepto el grupo leal al jefe, le prometí que tendría un espectáculo, además quiero al Furia Nocturna para degollarlo con la misma espada de Hiccup. –masculló en la punta de la gran fragata.
El comandante asintió con obediencia, debía acatar todas las órdenes porque de esa lealtad dependían la vida de sus familias.
-Amo, ¿cuál plan llevaremos a cabo?
Drago sonrió de lado por la pregunta. –Sagad, lancen las catapultas, preparen la invasión y no tengan compasión a ninguno que decida no seguirme.
El vikingo obedeció, siguiendo en marcha, al menos esperaba que todo valiera la pena, él tenía a quién proteger.
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Los cuernos y gritos vikingos retumbaban aún dentro del refugio. Ruffnut abrazaba a su bebé, no podía creer que dos días antes había nacido y ahora ya corría peligro el hogar donde esperaba verlo crecer.
Él dormía en sus brazos ignorando lo que ocurría fuera de esas gruesas paredes, pues sentir el calor de su madre era suficiente para él. De repente escucharon el canto de guerra que decía "Berk, Berk, Berk" que daba el prólogo a la guerra que estaba por iniciar.
-Que los dioses estén con ellos. –susurró de todo corazón mientras veía a los demás refugiados, en su mayoría niños y mujeres, sin mencionar a los herederos que estaban asustados, pero reacios a pelear, después de todo los acababan de rescatar. Karena estaba en la isla, ya que no tenía a su dragón con ella y Eret había solicitado que estuviera protegida, pues con tanta impresión no quería que tuviera algún problema por su embarazo. Ruffnut aún se sentía adolorida, le encantaría estar con su equipo de jinetes y ayudarlos, pero su responsabilidad y vida habían cambiado, dándole una nueva prioridad.
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Cómo Escuchar a tu Corazón
RomanceCon tantos cambios, deberes y decisiones, ¿cómo se puede ser el jefe que todos esperan y el hombre que tu familia necesita, sin que ninguno de los tuyos, ni tú, salgan lastimados? Entre la responsabilidad y el corazón, ¿cómo elegir? Un jefe protege...