Capítulo 41: La peor de las batallas

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Hay una escena algo fuerte, no es lemon si eso piensan, es de mucha violencia contra un hombre.

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Capítulo 41: La peor de las batallas

"Aunque esta es la parte de la historia

que los bardos tienden a centrarse en como el pequeño Hiccup

fue particularmente heroico, no estoy de acuerdo.

Es mucho más fácil ser valiente cuando sabes que no tienes alternativa".

Cómo entrenar a tu dragón - Cressida Cowell

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Darlig había confesado el área de la isla en la que estaban los prisioneros. Fueron con cautela, después de todo no se fiaban de él. Hasta que al recorrer el perímetro ellos lograron identificar que cada palabra era fidedigna.

Ágilmente Hiccup ideó el plan, sencillo pero conciso. Los dragones y la mayoría de los herederos ayudaron en la persecución. Una ayuda muy grande fue que ellos eran más a comparación de los sanguinarios seguidores de Drago.

Cuando lograron liberar a los prisioneros, se dieron cuenta que el rumbo de la historia vikinga empezaba a cambiar.

La niebla era constante, además con la noche amenazante en abrigarlos pronto, era más lúgubre. El olor a azufre y muerte los envolvía. No, Bog Buglar aún no podía ser habitado. Pero sí había vida. Había árboles que soportaron las más intentas llamaradas del volcán que seguía activo, al igual que los crudos inviernos. Había pocos animales que vagaban por el bosque, pero lo más interesante era un pino que en su tronco principal no tenía ramas ni hojas, sólo un inicio completamente pelón en el que amarraron a Darlig para poderlo tener vigilado.

Durante la redada ningún hooligan ni heredero resultó con heridas graves, aunque psicológicamente estaban afectados, especialmente Gullet, la princesa que había sido brutalmente mancillada, quien al tener a Darlig atado a un árbol frente a ella, decidió cobrar su venganza.

-¿Te sigue doliendo la entrepierna? –se mofó al tenerla cerca, sintiendo un tremendo orgullo por lo que le había hecho a la princesa.

Gullet avanzó hacia él, aterrada por volverlo a ver, pero con ganas incontenibles de matarlo.

-No te atrevas a hablarme. –le advirtió, sin saber que alguien más la observaba a escondidas entre la oscuridad de la noche y lo frondoso de los árboles.

Habían dejado a Darlig solo en el bosque mientras los demás estaban en la batalla, la princesa al ver esa oportunidad decidió cobrar su venganza, pero no contaba con que fuera tan difícil coordinar sus temblorosas manos que a penas y sujetaban la espada que la jefa Astrid le había dado unos momentos antes para defenderse.

-Vamos princesa... deberías agradecer, mi virilidad y yo te hicimos mujer. –alardeó orgulloso, a pesar de saber que le podían hacer daño, pero gozaba de azuzar a la fémina.

Eso fue suficiente para que la sombra que estaba oculta saliera furiosa desde su lugar.

-¿Te atreviste a tocar a mi hermana? ¿La violaste? –preguntó con ojos saltones, rabioso; pues él había creído lo que la princesa había informado, que sólo la habían golpeado. Él se había atrevido a ofender y degradar a su isla a través de su hermana.

Cómo Escuchar a tu CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora