Capítulo 13: Espera un poco más

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Capítulo 13: Espera un poco más

"Un héroe no puede triunfar todo el tiempo.

A veces será derrotado,

y la manera en que se enfrenta a la derrota es una prueba de su carácter ".

Cómo robar la espada de un dragón. Cressida Cowell

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La mirada del furia Nocturna también la llenó de culpa.

-Debí irme en cuanto tenía la oportunidad... si me hubiese ido con Hiccup... -la rubia se dejó caer alrededor del dragón.

Fue cuando se dio cuenta que él traía una herida que sangraba.

-¿Fue durante la pelea? –preguntó, empezando a colocar un poco de agua y acariciarlo suavemente

El dragón asintió dócilmente, permitiéndose los mimos que le daba la esposa de su jinete.

Pero de repente, Toothless se alejó de la chica, poniéndose a la defensiva, así como la primera vez que se conocieron.

-¿Qué sucede? –preguntó asustada.

El dragón se acercó a ella, como si intentara atacarla, aspecto que asustó a Astrid. Sobretodo cuando él colocó su hocico cerca de su vientre.

"Tendré un varón"

Recordó la escena del mediodía en el Gran Salón Berserker.

La rubia intentó colocar su mano sobre la cabeza, pero el reptil se alejó, claramente estaba decepcionado de la mujer. Astrid identificó que esa era una mirada reclamatoria de su parte, así que tratando de adivinar a qué se refería encaró al dragón.

-No, no, Toothless. –lo detuvo, hasta mirarlo a los ojos y acariciándolo con ternura. Giró su cabeza hasta cerciorarse que no había berserkers que escucharan la confesión que ella iba a hacer. -Es verdad que estoy embarazada. –aclaró casi susurrando. –Pero es un bebé de Hiccup.

Cuando el dragón escuchó el nombre de su jinete prestó atención, viendo el vientre de la muchacha.

-Ya has visto a los bebés en Berk. Son humanos pequeños. Según los rituales berserkers dicen que es un niño. –dijo con una sonrisa, hablando con voz baja. –Será como un Hiccup pequeño.

Cuando Toothless vio las traviesas lágrimas de la rubia, él se contagió de la emoción.

-¿Me ayudarás a cuidarlo, verdad? –preguntó al ver que daba saltitos.

El reptil asintió efusivamente, dándole lametazos en el rostro, acción que la animó un poco, haciéndola reír. –Ya Tooth, basta. –detuvo riéndose. Astrid sonrió complacida, pero un fuerte calambre la hizo doblarse de dolor contra el dragón. -Auch... -se quejó con sorpresa llevándose sus manos al abdomen.

El dragón fue testigo de esa dolencia, comenzando a hacer ruiditos para animarla; pero los calambres de la rubia era cada vez más fuertes.

-¿Qué me pasa? –se preguntó mientras se sujetaba el vientre con ambas manos, tratando de ponerse de pie.

El dragón conocía poco del cuerpo humano, pero sabía que cuando alguien lloraba es porque tenía un dolor que le afectaba en su salud, por lo que empezó a alarmarse y a rugir.

Emitió fuertes bramidos, se movió ferozmente, tratando de desprenderse de las fuertes cadenas que lo apresaban a las paredes, tenía que ayudar a la pareja de su amigo, y también, a su futuro jinete, si no había podido salvar a Hiccup, al menos salvaría a su heredero.

Cómo Escuchar a tu CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora