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Capítulo 28: Sé valiente (III)
"Es mucho más fácil ser valiente cuando no tienes alternativa".
Cómo entrenar a tu dragón. –Cressida Cowell
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Había perdido de vista a Astrid, probablemente salió a caminar, no era muy de su agrado andar sentada solamente, así que no perdió tiempo y como buen esposo quiso ir a acompañarla, pero Axel, el señor del archipiélago también lo hizo, impidiéndole el paso
-Jefe Hiccup, ¿podríamos hablar? –preguntó con su conocida diplomacia.
El castaño se extrañó un poco por la petición.
-Amm... Axel, estaba por ir a buscar a mi esposa y...
-Es un asunto importante, un asunto de estado. –informó el jefe sin alzar la voz, demostrando discreción y relevancia para que nadie lo escuchara.
Hiccup vio a los recién casados que estaban bailando, pronto tendría que pasar a ser el testigo de la consumación del matrimonio, pero no podía desairar así al rey.
-Claro, hablemos. –Hiccup estaba por sentarse, pero el señor del archipiélago caminó hacia dentro de la construcción, demostrando que quería hablar en privado. El castaño lo siguió hasta las habitaciones de él, donde se había alojado ese día.
Por un momento se sintió desprotegido por no contar con la presencia de Toothless, pero también optó por ser observador, ya que los guardias de Axel habían permaneció afuera.
Ambos se sentaron frente a frente, sólo con una mesa separándolos.
-Dígame lo que necesita. –Hiccup se mostró curioso. Axel, por su parte, colocó su bastón en la mesa y le pidió que lo observara.
-Mira esto.
El castaño lo analizó, descubriendo algunas raras e inusuales marcas.
-Está tallado con las siluetas de las islas. –mencionó Hiccup, detectando por primera vez ese detalle.
-Así es, en cada isla está la silueta, la cimera, y el nombre de la tribu. –habló como si fuera obvio.
Era como un mapa enrollado, era hermoso y a decir verdad, le fascinó al joven jefe. Hiccup analizó el bastón grueso sin atreverse a tocarlo, hasta que notó algo extraño en la parte donde estaba la isla que él mandaba.
-Berk no tiene un corte en el centro, la gran mayoría de las demás sí lo tienen. –observó, alzando la ceja.
-Así es, es porque el cote significa que hay un heredero. –informó con seriedad, mirando al castaño.
-Pero yo soy el heredero. –objetó Hiccup sin entender muy bien a dónde se dirigía esa plática.
-No, te equivocas, tú eres el jefe, tu isla no tiene heredero, por eso es una tribu débil. –dijo con delicadeza. –Necesito que dejen de ser así.
-Mi pueblo no es débil, tenemos...
-¿Dragones? –preguntó con ironía. –Así como llegaron se pueden ir. Vienes de un linaje de los mejores jefes, debes de tener en mente que un heredero no sólo le da seguridad al pueblo, sino que también te da seguridad a ti y al linaje que te antecede. –dijo el rey, retirando su bastón de la mesa.
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Cómo Escuchar a tu Corazón
RomanceCon tantos cambios, deberes y decisiones, ¿cómo se puede ser el jefe que todos esperan y el hombre que tu familia necesita, sin que ninguno de los tuyos, ni tú, salgan lastimados? Entre la responsabilidad y el corazón, ¿cómo elegir? Un jefe protege...