Cabe mencionar que el fic empezará a tomar temas maduros, y una que otra escena subida de tono.
ESTÁN AVISADOS!!!
Hay escenas con saltos temporales, pero éstas se irán aclarando con el paso de los siguiente capítulos.
¡A leer!
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Capítulo 9: ¿Y ahora qué?
"¡Ya estamos perdidos, lo único que nos queda ahora es odiar y maldecir!"
Cómo detener una erupción de un dragón. –Cressida Cowell
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Astrid se había puesto un camisón más cómodo y sus leggins, de lo poco que había llevado en su morral desde que llegó de Berk. Le gustaba esa prenda, era una usada por Hiccup, misma que con el paso del tiempo se holgó de la tela, haciendo que se deformara hasta quedar lo suficientemente agradable para usarla al dormir, y sobre todo, en medio de esa situación tan agonizante, esa prenda era una forma de sentir a Hiccup cerca de ella. Inconscientemente se le salió una lagrimilla por recordar ese tiempo... ese tiempo cuando aún era feliz.
Se sentó en el tocador, incapaz de recostarse en la cama de esa habitación. Obviamente no había dormido nada, tenía unas ojeras terribles y un semblante triste y preocupado, pero no tenía tiempo para pensar en su apariencia, sólo podía pensar en todo lo ocurrido la noche anterior.
Había sido una velada demasiado cargada de emociones. Primero la cena en la que la presumieron como un premio. Después vio el asesinato de ese indefenso dragón, luego estuvo por unos momentos con Hiccup, voló en Stormfly una vez más y finalmente aclaró algunos puntos cuestionables con su esposo. Debía tomar las decisiones pertinentes y pensar en las mejores opciones a partir de ahora.
"No tienes por qué estarlo. Sólo te amo a ti. Jamás permitiré que él o alguien me toque. Sólo te pertenezco a ti, chico dragón. Eso nada ni nadie lo puede cambiar".
Suspiró largo y tendido. No sabía en qué momento cambió su vida de esa manera tan radial.
Después de que Dagur entró a la habitación... todo se salió de control.
Nada de lo que hubiese imaginado había resultado favorable.
Al menos él no se enteró que ella e Hiccup se vieron esa noche, porque si no, seguramente alguno de los dos ya estuviera muerto.
No sabía ni la hora que era, si ya había amanecido o qué ocurría fuera de esas paredes. Karena ni Sotma habían aparecido por allí, así que debía esperar alguna noticia o señal de vida.
Astrid estaba en medio de esos pensamientos, recriminándose por no haberse ido a Berk cuando Hiccup se lo pidió, si ella hubiese aceptado... no pudo continuar con ese castigo mental porque la persona que estaba en la cama comenzó a despertar.
Sintió un asco y una repulsión por recordar todo lo ocurrido.
-¿Qué pasó? –preguntó Dagur, somnoliento y sobándose la cabeza al sentarse sobre el lecho.
-¿Y todavía preguntas? –confrontó Astrid, poniéndose de pie, y a la defensiva, sintiéndose indignada, incapaz de verlo a los ojos.
Dagur se sentó en la cama, notando su desnudez, sólo tapado por una cobija.
Se levantó, Astrid bajó la mirada y le dio la espalda, para no ver mientras él se colocaba las prendas que estaban regadas por el suelo.
Comenzó a respirar con dificultad. Su corazón latía fuertemente, lo sentía como si estuviera a punto de salirse por su boca, en busca de un refugio donde pudiera descansar tranquilamente.
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Cómo Escuchar a tu Corazón
RomanceCon tantos cambios, deberes y decisiones, ¿cómo se puede ser el jefe que todos esperan y el hombre que tu familia necesita, sin que ninguno de los tuyos, ni tú, salgan lastimados? Entre la responsabilidad y el corazón, ¿cómo elegir? Un jefe protege...