Lo escrito en Cursiva son sucesos del pasado, espero no sea lioso.
.
.
.
.
Capítulo 7: Sé paciente
No puedes luchar contra el tiempo mismo,
Ni matar los minutos y las horas con tu espada,
ni limpiar los segundos de sangre en la camisa.
El tiempo no se puede combatir, sólo esperar.
Cómo robar la espada de un dragón. –Cressida Cowell
.
.
Dagur se vio en el espejo.
Vio claramente su torso y sus brazos.
Antes le gustaba ver y admirar las cicatrices que tuviera en el cuerpo, al grado de inventar historias sobre cada una de ellas; pero en esos días, no tenía cicatrices nuevas, sólo moretones que no eran de otra cosa más que de los empujes y golpes que Camicazi le daba, pero, al ser esa la tercer semana desde que la rubia arribó, la situación comenzaba a desesperarle y hartarle que no consiguiese nada con ella.
No le había sido nada barato conseguir todo lo que tenía.
Estaba tan sumergido en sus pensamientos que ni cuenta se dio cuando la puerta se abrió, lo que asustó al desquiciado.
-Te he dicho que toques antes de entrar, tú no eres el jefe. –reclamó, colocándose sus ropas nuevamente.
-Aquí no eres nada sin mi ayuda. –dijo el hombre robusto que entró.
-¿Qué quieres?
-Vine a informarte personalmente que en algunas semanas más, tu dragón estará lo suficientemente preparado para retar a cualquiera.
Dagur sonrió maquiavélicamente.
-Excelente. Retaremos al Alfa, y ahora sí, podré seguir con mi plan. –juntó sus manos, friccionándolas mientras hablaba.
Sin embargo, ante ese nuevo comentario, el hombre se enfureció, y con su brazo bueno, alzó al berserker en el aire, tomándolo del cuello.
-¿Tu plan?
Ante esa muestra de violencia, Dagur se asustó.
-Sabes muy bien de lo que soy capaz, no hace falta repetirte lo que le hice a tu... -comenzó el extraño.
-Sí, sí, yo lo sé. –se separó también con su fuerza. –No hace falta que me lo repitas a cada rato, de no ser por el dragón y tus tácticas, hace mucho que te habría matado. –comentó, apuntando con su ballesta.
-Es probable, pero tanto tú como yo, tenemos algo en común... nuestro odio y sed de venganza contra Berk.
El hombre sonrió, ofreciéndole una mano al berserker, éste, accedió a regañadientes, jamás perdonaría que él hubiese matado a una persona que eran sumamente importante en su vida; pero si quería deshacerse del hooligan, y también hacerlo sufrir, debía olvidarse de su dolor y enfocarse ante lo que realmente deseaba: vencer a Hiccup en todo.
-Sólo unas semanas y el dragón que tenemos podrá vencer al mismo Alfa.
.
.
.
-Todo listo para mañana en la noche. –informó Fishlegs, inspeccionando las monturas de los dragones y ciertas provisiones que había preparado para la ocasión.
ESTÁS LEYENDO
Cómo Escuchar a tu Corazón
RomanceCon tantos cambios, deberes y decisiones, ¿cómo se puede ser el jefe que todos esperan y el hombre que tu familia necesita, sin que ninguno de los tuyos, ni tú, salgan lastimados? Entre la responsabilidad y el corazón, ¿cómo elegir? Un jefe protege...