Capítulo 19: Asume las consecuencias de tus decisiones IV

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Capítulo 19: Asume las consecuencias de tus decisiones IV

"Pero a veces lo más valiente que un héroe tiene que hacer
no es cuando está luchando contra monstruos
y engañando a la muerte y a las brujas.

Sino cuando enfrenta las consecuencias de sus propias acciones".

Cómo aprovechar la joya de un dragón. —Cressida Cowell

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A lo lejos, con las luces del atardecer se vislumbró en medida muy pequeña la isla de Berk. Astrid iba adormilada en brazos de Hiccup quien no se había detenido ni un momento para descansar del viaje, su única preocupación era el bienestar de su esposa, quien a pesar de ir lo más cómoda posible, no podía asegurar su estabilidad.

—Hiccup, los dragones están cansados, sería bueno detenernos un poco.

El jefe miró a su alrededor, Snotlout tenía razón, él iba muy adelante y los dragones se veían fatigados, a Stormfly se le cerraban los ojos al igual que sus alas empezaban a agitarse con mayor lentitud, e incluso Toothless se veía muy mal, no había tomado en cuenta que su dragón había estado en prisión y seguramente muy mal alimentado pese a los cuidados de Astrid y Ruffnut.

Regresó la mirada al minúsculo punto del montículo de roca hacia el horizonte.

—No falta mucho, ¿creen aguantar? –preguntó esperanzado.

Heather palmó a la Nadder de Astrid, mientras el Cremallerus de los gemelos iba descendiendo buscando descanso en un farallón que sobresalían entre el mar, a Hiccup no le quedó más opción que bajar también.

Snotlout aprovechó para notar que la herida que Dagur le había hecho estaba bien, le dolía un poco pero no era tan alarmante, después de todo Ruffnut había hecho un gran trabajo al atenderla.

—Tal vez deberías adelantarte tú con Astrid. –sugirió Heather. –Cuando los dragones estén un poco más relajados, continuaremos también. –comentó acariciando a Stormfly quien estaba muy somnolienta.

Hiccup miró a los demás, no quería dejarlos solos.

—Anda, Astrid debe atender esa herida y reposar ante la amenaza de aborto que tuvo, la cual puede regresar. –comentó Ruffnut, preocupada por Snotlout y por los demás de la misma forma.

El jefe recibió las sonrisas de los cuatro y alegró de la empatía desarrollada hacia él.

—Gracias, chicos... los veré en Berk.

El resto de los muchachos se mantuvo tranquilo, pues ya podían al menos refrescarse después de casi toda la mañana volando.

—Iremos en cuanto restablezcamos las energías.

Mientras tanto, Hiccup, Toothless y Astrid se fueron volando hacia el horizonte, rumbo a la isla, sin saber que les esperaba la prueba más difícil de su vida, y sobretodo de su amor.

El jefe suspiró aliviado cuando Toothless aterrizó frente a su casa. Percibió cierta aglomeración y miradas chismosas de algunos aldeanos que estaban terminando las reparaciones de la isla, y otros trabajaban en sus ya habituales empleos.

Inmediatamente salió Valka cuando escuchó al Furia Nocturna.

—¡Hijo! Me tenías preocupada. –exclamó la mujer, caminando hasta él. Se asombró cuando vio que bajaba del dragón. —¡Toothless!, está vivo. —lo acarició gentilmente e incluso besó su cabeza.

Cómo Escuchar a tu CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora