Capítulo 44: Una última y difícil decisión (LIGERO LEMON)

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Con ustedes de capítulo final, volvemos a los flashbacks intercalados entre lo que pasa en la actualidad. ligero lemon casi al final.

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Capítulo 44: Una última y difícil decisión (LIGERO LEMON)

"Lo sé, sólo yo puedo salvar o destruir a los dragones.

A veces no es hasta el Capítulo Final

que te das cuenta sobre qué ha sido REALMENTE la búsqueda durante todo este tiempo"

La guía completa de dragones -Cressida Cowell

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Habían pasado meses desde la guerra. Aquellas batallas en las que cada tribu perdió a personas de sus pueblos. Aquellas en las que ganaron perdiendo. Aquellas que marcaron un antes y un después en la historia vikinga.

El archipiélago había entrado en una reestructuración masiva de entrega de títulos y territorios, ya no eran "jefes" al menos no legalmente, ahora eran un rango mayor y más reconocidos, "jarls" y hasta uno que otro duque según la expansión de tierra.

En la casa del jefe, bueno, del jarl de Berk se encontraba Astrid, tejiendo amenamente después de ese día tan difícil y pesado que había tenido al escuchar las quejas de los aldeanos. Regresó a su casa, tras limpiar un poco y dar de comer a su yegua, regresó a su hogar a terminar un par de botitas que había dejado pendientes desde días atrás. Amaba tejer e imaginar que esa ropita la usaría su futuro hijo.

Tan absorta estaba en su tarea que ni se fijó cuando entró la futura abuela a la estancia principal.

-¡Qué bonitas, hija! –felicitó al ver esos zapatitos de lana.

Astrid se sobresaltó un poco por escuchar a su suegra. –Valka, ni te escuché al entrar. –murmuró mientras dejaba a un lado esas agujas.

-Lo siento, no pretendía asustarte.

-Descuida, estaba pensando en... -la rubia desvió su mirada al recordar su imaginación.

-En Hiccup. –suspiró la castaña mientras dejaba su bastón recargado en la pared para después tomar asiento al lado de su "hija".

-Pienso en él todo el tiempo. –confesó apenada. –En él y en nuestro bebé. –se acarició su vientre mientras notaba que estaba creciendo cada día. –En cuatro lunas lo tendré en mis brazos.

-Ya deseo ese momento, ver a mi nieta o nieto. –coincidió, hasta que notó cierta melancolía en la mirada de Astrid. -¿Pensaste ese sueño otra vez? –preguntó curiosa.

La rubia sólo asintió nostálgicamente. –Sí, sueño a diario cómo habría sido nuestra vida si le hubiese dicho a Hiccup de nuestro bebé. Siempre es igual, justo al terminar la guerra, como lo imaginé.

-Así debió haber sido de no ser por...

-Amairani y el rey Bruce. –recordó con algo de amargura, pero con cierta resignación. Después de todo, siguieron órdenes de sus reyes.

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Cómo Escuchar a tu CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora