15 “Ogro” (Katty)
Cogí el cigarro que me pasaba uno de mis amigos y quemé mi camisa con él adrede. Luego se lo devolví y me puse delante de él.
-Vamos, hazlo. –dije.
-Es increíble que hagas esto adrede.
-¿Hacer qué?
-No fumas, pero haces que tus padres crean que sí.
-Vamos, échame el humo. Va. –insistí.
-¿Sabes lo difícil que es que una familia te adopte teniendo catorce años? Te tocó la lotería Katty. Llevas dos años llevándoles la contraria. Llevas dos años fingiendo que no te gusta bailar. Fingiendo que lo odias. Fingiendo que fumas y mil cosas más. ¿Y si se cansan de ti y te devuelven?-inquirió Gare.
-Eso es problema mío. Parece que te moleste o algo. Siempre has querido que viva con vosotros. ¿No tendría que alegrarte si eso sucede?
Mis amigos eran chicos y chicas de la calle. Sin padres. Y que habían huido de centros como en el que yo había vivido. Yo me había escapado muchas veces, pero siempre me terminaban encontrando. Ellos, en cambio, hacía años que vivían solos en pisos ocupas… Cuando la policía intentaba cogerlos, huían. Vivían al límite por así decirlo. No querían que nadie les dirigiese la vida. Y lo comprendía. Yo tampoco quería. Cuando me dijeron que me adoptaban me negué, pero de poco sirvió. El centro se me quería quitar de encima por todos los problemas que le causaba. Así que me habían dado a una pareja de coreanos gay.
Fue horrible. Fue horrible el hecho de irme a vivir con dos hombres. Tenía miedo, sí. ¿Y si eran unos enfermos? ¿Y si intentaban…? Porque dos hombres adoptando a una niña de catorce años… Era raro. Muy raro.
Las primeras noches no pude dormir por miedo de que entrasen mientras dormía. Pero poco a poco, el miedo se fue quedando en simple estado de alerta que me duró meses. Me escapé unas tres veces antes de que decidiesen cerrar con llave la puerta de entrada y poner rejas en todas las ventanas. Me sentí apresada… Los odié. Pero ellos me dijeron que no podían conciliar el sueño si veían que me escapaba por las noches. Por las mañanas me llevaban al colegio y esperaban a que entrase al instituto y después me venían a buscar. Hasta que poco a poco ganaron confianza en mí y yo en ellos.
Ahora ya iba y venía sola de clase y podía estar por ahí por las tardes. También tenía un hermanastro mayor. Hayden. Aunque se había ido a Corea. Y ahora estaba yo sola con mis “padres”. No les llamaba “papá”. No eran mis padres. No los sentía como tal. Era más bien como unos “tíos” o “tutores”. Así que les llamaba Donghae y Eunhyuk o Hyuk Jae.
¿Por qué entonces hacía que se enfadasen? Pues… Por venganza. No contra ellos concretamente. Si no contra el mundo. Pero ellos se lo comían. Era lo que tenía que me hubiesen adoptado. ¿No?
A las ocho me despedí de mis amigos y emprendí el camino a casa. Si no llegaba antes de las ocho y media me castigaban. Porque tenía que ducharme y hacer deberes. Eran las ocho y veinticinco cuando llegué al portal pero me esperé adrede diez minutos para subir. Lo justo para que se pusieran un poco nerviosos. Entré y dejé las llaves en el recibidor.
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De cualquier forma... Es amor. (Tercera parte de ¿Amor o amistad?)
FanfictionLas vidas de los miembros de Super Junior han dejado una nueva generáción a su paso. La familia ha crecido. Nuevos amores, nuevos retos que superar pero siempre intentando mantener los lazos de esa gran familia a salvo.