De cualquier forma... Es amor. (Tercera parte de ¿Amor o amistad?)

Capítulo 50 "¿Quién era él?" Parte 1 (Kyuhyun)

50  “¿Quién era él?” Parte 1 (Kyuhyun)

Me sentía extraño. Brindar por el amor y pensar en él… Me había hecho sentir bien, aunque con miedo. Al fin, la reunión había llegado a buen puerto y nos despedimos para irnos cada uno a su casa. Quedamos en comer al día siguiente algunos que podíamos ya que ver por ejemplo a Donghae y Eunhyuk era complicado viviendo tan lejos. Así que aprovechábamos estas ocasiones.

-Papá.-llamó mi atención Dan Bi al subir a nuestro coche- ¿Estará mamá en casa?

La miré y vi el miedo en su cara. Le acaricié la mejilla y me encogí de hombros. No lo sabía. Aunque suponía que sí que estaría. Comprendía el miedo de mi hija a enfrentarse nuevamente a su madre. Pero sabía que ella estaría igual o más nerviosa que la pequeña. Ellas se debían una charla y sería complicado para ambas.

-No lo sé hija. Pero va a ir bien.-la alenté.

Noté vibrar mi teléfono y lo saqué del bolsillo antes de arrancar.

“¿Qué tal ha ido el reencuentro? ¿Todo bien?”

Era un mensaje de él…

“No exactamente….” Tecleé.

“¿Qué ha pasado?”

“Mi hija lo sabe. Que existes. Y me he enterado que ella está con una chica… Y mi mujer ha enloquecido un poco con esa nueva noticia. Las cosas están tensas. Es largo de contar.”

“Joder… Noche movidita.”

“Sí.”

“Esto… ¿Quieres que nos veamos? Podríamos charlar un poco. Quizá te vaya bien hablarlo.”

El corazón me latió con fuerza. Claro que quería verle. En realidad era más una necesidad. Sentía que necesitaba verle.

“No creo que sea una buena idea. Es tarde y voy a casa con la niña.” Respondí en cambio.

Tenía que guiarme por mi sentido común, no dejarme llevar por lo que sentía. No quería herir a nadie más. No sería justo para nadie hacer semejante tontería en un momento un tanto crítico para mi familia.

“Ah, claro. Tienes toda la razón. Perdona.”

“Voy a conducir. Hablamos mañana. Gracias por preocuparte.”

“Hasta mañana. Conduce con cuidado.”

Me costaba contenerme. No hablarle con más soltura, con más complicidad. Pero es que estábamos manteniendo las distancias. Era lo que habíamos acordado hasta que yo se lo contase a mi familia y me separase de mi mujer. Queríamos hacer las cosas bien.

Por el momento continuábamos siendo amigos. No había habido nada absolutamente. Nada exceptuando el casi beso que nos habíamos dado hacía cosa de un par de meses y motivo por el cual habíamos sido francos con lo que empezábamos a sentir el uno por el otro. Por ese casi beso, habíamos hablado de lo que nos pasaba y habíamos decidido ir despacio, viendo cómo continuaba la cosa y habíamos llegado al punto de dar el paso. Él me había propuesto que se lo contase a mi mujer para no hacerle un daño mayor. Me había dicho que fuera sincero conmigo y con ella. Me había alentado a ser valiente.