Capítulo 24 "No hay nada que decir" (Hayden)

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24  “No hay nada que decir” (Hayden)

En cuanto Hee Sook salió por la puerta, suspiré y me senté en una silla. Esperaba que Bao no se enfadase demasiado porque le hubiese dicho la verdad. Pero mi problema no iba a ser ese. Si no… Otro peor. Eli volvió al comedor, seguida de su hija y con cara de pocos amigos. Con maleta en mano.

-¿Dónde vais?-inquirí.

-La vieja y la “guarra” se van a un hotel. respondió Eli tajante.

-¿Eh? Pero… ¿De qué hablas?

-Hablo de que esa cría ha llamado a mi hija guarra. Y a mi vieja. Y no has dicho una sola palabra ante ello.

-Pero… Es que ella…

-¿Ella qué?

-Digamos que es especial. Cuando se enfada…

-¿Y? ¿Qué pasa? ¿Quieres decir que cada vez que alguien me llame vieja no vas a decir nada?

-No. No es eso. Lo siento. Es que yo…-no sabía cómo solucionar aquello.

-Vamos Sun Ah.-le dijo a su hija- Nos marchamos.

-¿No me puedo quedar con papi Hayden yo?

-No es momento de bromas. Tira.-le dio un empujoncito.

-Tío, la has cabreado. Te has quedado sin polvo.-susurró Sun Ah.

Se marcharon y yo no supe qué decirle para que se quedara. Tenía razón. No había dicho nada. Ni siquiera un “Hee Sook no hables así”. ¿Por qué? Si yo era el primero en defender por ejemplo, a Bao cuando ella hablaba de ese modo. Y en cambio, con mi novia no había dicho nada. Era normal que se molestase.

Tenía un problema. Y cuando al día siguiente llamé, no respondió al teléfono. ¿Qué hacía? Tenía que pedirle perdón, pero con un simple “lo siento” no lo iba a solucionar. Lo malo… No sabía en qué hotel estaban. Así que al final, terminé buscando por internet el logo que había visto en el uniforme de Sun Ah y así, averigüé su instituto.

Fui con el coche y la esperé. Sabía que ella me encontraría a mí. Esa chiquilla veía un chico guapo y se le iban los ojos solos. Y no me equivoqué. En cuanto una chica se sentó sobre el capó supe que era ella. Salí y la miré a ella que observaba divertida.

-Hola papi.-me guiñó un ojo.

-Hola Sun Ah.

-Puedes llamarme “hijita” o “princesa”.

-No estoy para bromas. Necesito ayuda…

-Ya. La has cagado con mi madre.

-No fue mi intención… Pero necesito pedirle perdón. ¿Me puedes ayudar? Necesito saber en qué hotel estáis.

-Necesitas más que eso. Mi madre no es tan sencilla.

-¿Cuánto me va a costar tu ayuda?-inquirí.

-Pues… Un beso, en la boca.-se mordió el labio.

Mi cara fue un poema. Negué rotundamente e hice ademán de volver  a montar en el coche, pero me paró entre risas.

De cualquier forma... Es amor. (Tercera parte de ¿Amor o amistad?)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora