Capítulo 18 "Es especial" (Hayden)

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18  “Es especial” (Hayden)

Una vez vestido, la situación era un poco menos violenta. Vale, no, seguía siendo igual de violenta. ¡Elisabet tenía una hija! ¡Y me había pillado en pelotas! Ella había ido corriendo a hablar con su hija mientras yo me vestía. Y ahora me daba miedo salir del cuarto. Pero cuando llamaron a la puerta, me asomé y me la encontré algo más relajada. ¿Cómo podía estar tan relajada? Claro, no era a ella a quien mataría su marido cuando se enterase por su hija de que le era infiel conmigo.

-Ven. He de presentarte a alguien.-comentó.

La seguí hasta el salón, que ya tenía luz, y me senté en el sofá. Justo delante había un hueco en la pared bastante grande con un cáncamo. ¿Qué cuadro tendría que ir allí?

-Se ha roto.-comentó la niña entrando y sentándose a mi lado, muy pegadita a mí.

-Sun Ah, a mi lado.-dijo Eli.

-Prefiero estar aquí.

-¡Sun Ah!

-Vaaaale.-bufó.

Se sentó al lado de su madre y yo las observé. La chica tenía muchos rasgos asiáticos.  Pero se notaba que era mestiza.

-No sé qué quieres saber… Ya te he contado que Hayden es un… Amigo. Y que sí, nos hemos acostado. –empezó la madre.

-Mamá, si no ha colado lo de que es un nuevo vecino que se ha quedado sin agua, tampoco cuela que sea tu amigo. Yo no me acuesto con mis amigos. Al menos, aun. ¿Quieres que lo haga?

-¡No!-negó deprisa.

-Vale. Entonces, empieza desde el principio de nuevo.

-Nos conocimos en una discoteca hace un tiempecito…

-¿Sexo esporádico? ¿Follamigos?

Parpadeé alucinado. Esa niña necesitaba una limpieza de boca. ¿Cómo le hablaba así a su propia madre? ¿El padre estaba de acuerdo? Si era coreano se me hacía tan extraño…

-Señorita, la próxima te quedas sin salir una semana.

-Jo…

-Que soy tu madre…

-¿Y qué? Si siempre hablo así.

-Pero no en coreano…-la fulminó con la mirada.

Entonces la chica se puso a hablarle en castellano a su madre. Ambas hablando en castellano y yo allí, como un espectador viendo una peli en chino. Hasta que al final parecieron llegar a algún tipo de acuerdo, ya que se dieron la mano como pacto y ambas sonrieron.

-¿Qué pasa?-inquirí desesperado.

-Nada… Cosas de madre e hija.

-Por Dios… ¿No crees que sería mejor que me marchase? Si llega tu marido…

-¿Eh? ¿Mi marido?

-Sí.

-No tengo marido.

-Mamá, ¿no le has dicho que estás divorciada?-inquirió la chica.

De cualquier forma... Es amor. (Tercera parte de ¿Amor o amistad?)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora