Capítulo 44 "Por mi culpa" (Bao)

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44  “Por mi culpa” (Bao)

Estaba muy mareado, notaba mi cuerpo como si flotase. Pero mis pies me llevaron a toda prisa hasta la puerta del hotel y una vez ahí, me quedé quieto unos segundos. Intentando recordar qué me había hecho levantarme de la silla del bar e ir hasta allí. Mi tía Jin Sook me había llamado preocupada porque Heesook había desaparecido y no la encontraban ni respondía a su teléfono. Un mal presentimiento se había apoderado de mi cuerpo, pero ahora que lo pensaba… ¿Por qué tenía que ir a buscarla? Ella no era nada mío. Eso había quedado claro. Ahora era de otro chico. Se había entregado a otro, no me había esperado, con lo cual, no me quería. Le había sido tan sencillo olvidarme que debía significar que no me quería. Y ese pensamiento dolía. Joder si dolía…

Me llevé las manos a la cabeza y me tiré del pelo, mientras las lágrimas volvían a mis ojos. La odiaba. Odiaba lo que me había hecho. No era justo. Ya no era mi Heesook. Ya no lo era. ¿Nuestro amor valía tan poco que en tres meses ya se había acostado con otro? ¿Cuánto habría tardado? ¿Un día? ¿Una semana? ¿Un mes? ¿Cuántas veces habrían hecho el amor?

Me dieron arcadas solo de pensarlo. Es más, una oleada de nauseas me invadió y me apoyé contra un árbol, agachándome un poco y vomitando.

Después, me reí. Me reí de mi mismo. Era para verme. Hecho una mierda, totalmente destruido por culpa de una chica. Pero ella no era solo una chica. Era el amor de mi vida y me había destrozado hasta tal punto el alma que no quería volver a pensar en amar a nadie. En realidad, quería desaparecer. Quería que ese dolor desapareciese. El alcohol estaba claro que no había ayudado, así que… ¿Qué opción tenía?

Eché a caminar, sin rumbo, hasta que tras mis pensamientos, vislumbré a lo lejos el puente de Mapo. Sabía la historia de ese puente, y me pareció una ironía muy cruel que justo lo tuviese delante.

Mi corazón me pedía a gritos dejar de sufrir así, pero sabía que esa no era la opción. Aunque quisiera darle al stop a todo, no era la solución. Era una vía de escape que no pensaba plantearme.

Pero algo en mi interior, me pedía que fuera. Sentía la necesidad de ir hasta ese puente. Tal vez las imágenes y frases me harían sentir un poco mejor. Quizá era eso lo que necesitaba. Frases de aliento, fotos que me hicieran ver las cosas de otra manera. Así que caminé hacia allí, a paso ligero, hasta que mi pie pisó la primera tabla. No había mucha gente. Es más, no había apenas nadie.

Mejor, así podría pensar solo. Necesitaba pensar. ¿Qué haría con mi vida a partir de ahora? ¿Qué era lo que debía hacer? Lo que más quería era estar con Heesook y ahora ya… Ya no iba a ser posible.

Como estaba bastante mareado, me senté en uno de los bancos cuando me cansé de caminar arrastrando los pies. Miré al horizonte y suspiré. Las vistas eran bonitas y la luz blanca frente al banco, mostraba una frase.

“Siempre hay segundas oportunidades. Solo hay que buscarlas.”

¡Ja! Que le fueran con el cuento a otro. Porque yo ya no creía en esas cosas. No podía. Había luchado hasta el final, una y otra vez, ¿para qué? Para que el amor de mi vida se fuera con otro. Ya no creía en segundas oportunidades. No eran para mí. No las quería…

De cualquier forma... Es amor. (Tercera parte de ¿Amor o amistad?)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora