Capítulo 5 "Little boy" (Bao)

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5 “Little boy, gracias.” (Bao)

Noté que alguien me tocaba y abrí los ojos. La cabeza me dolía y no sabía dónde estaba. Miré a la persona que estaba de pie, frente a mí, y era un hombre de unos cincuenta años. ¿Dónde estaba? Aquello… Era un autobús. ¿No?

-Oye, chico. Tienes que bajarte. Llevas dando vueltas en la línea cuatro horas. Mi turno ha terminado. Así que fuera.

-¿Eh…?-me froté los ojos.

-Que te tienes que bajar. Ni siquiera has pagado todas las vueltas. Estoy cansado de borrachos como tú. Los jóvenes no tenéis control.-negó.

-Disculpe…-susurré avergonzado.

Me bajé del autobús y miré dónde me encontraba. No tenía ni idea. Estaba en un barrio de las afueras de Seúl.

-Oiga… ¿Dónde puedo coger un bus que me deje en el centro de Seúl o por ahí? No conozco esto…-le pregunté.

-Hasta dentro de una hora no empieza la ruta de ese bus.-me señaló la parada- Tendrás que esperar.

-Claro… Gracias.

Fui hacia allí y me senté. Tenía un poco de frío. Miré la hora pero no tenía el reloj. ¿Lo había perdido? Busqué en mi bolsillo el móvil pero… No estaba. Ni mi cartera. ¡Mierda! Me habían robado. Me habían robado todo lo de valor que tenía. ¿Cómo iba a pagar el viaje a Seúl? ¿Y cómo volvería a casa? Corrí detrás del hombre que se alejaba pero se subió a su coche y no me dio tiempo a alcanzarlo. Grité frustrado y maldije en chino todo lo que podía maldecir. Bufé, mirando a mi alrededor, pero no había gente por la calle. Así que empecé a caminar por la carretera, dirección a la ciudad. Total, no me dejarían subir al bus sin dinero.

Me encontraba bastante mal. Me dolía la cabeza, tenía frío y me dolían los pies de caminar. Por no hablar que mis ánimos estaban por el suelo, y peor aun cuando recordé que había discutido con Hee Sook y que me había pegado. Me sentía mal por haberle dicho que era peor que su padre… Aquello me iba a costar mucho arreglarlo. Pero… Realmente lo había dicho porque me había sacado de mis casillas. Había querido aprovechar que estaba borracho para acostarse conmigo. Para mí ella era más importante que un simple polvo. Yo quería que fuese especial. Por ello, cuando noté que me excitaba, la dejé y corrí al baño. También por eso le dije a Hayden que me ayudase. Porque no quería caer… No quería que nuestra primera vez fuese así.

Después de la torta que me dio me fui a la barra a por otra copa y después de eso no recordaba más hasta haber despertado en aquel lugar. O sea que básicamente me habían robado y no me había dado ni cuenta.

Al final, me puse a llorar de impotencia. Paré de caminar y le di una patada a una piedra. A lo lejos, vi a una mujer que se acercaba y me miró preocupada.

-Cielos, hijo, ¿estás bien?-inquirió.

-Señora, por favor… Necesito llamar…-rogué- ¿Tiene un teléfono? Por favor… Me han robado y no tengo nada…

-Claro. Tranquilo. Toma.-sacó de su bolsillo un móvil no muy nuevo y me lo prestó.

Marqué deprisa el número de Hayden y esperé a que me lo cogiera.

De cualquier forma... Es amor. (Tercera parte de ¿Amor o amistad?)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora