Capítulo 37 "Confesiones. Parte 1" (Bao)

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37  “Confesiones. Parte 1” (Bao)

Cuando pisé Corea de nuevo, fui directo a la casa de HeeSook, pero… Pero no había nadie en casa de mis tíos más que Heechul. El cual me dio una noticia que no esperaba escuchar. Mis tías y HeeSook se habían ido de Canadá a EEUU. Ahora vivían en algún lugar de Estados Unidos, y estaba claro que no me pensaban decir dónde.

Además, vi a mi tío frío. Parecía controlarse. Y también parecía no querer verme la cara.

-¿No me puedes decir dónde está? Por favor.

-Da gracias a que te he abierto la puerta. Si lo he hecho es porque te consideraba como un hijo. Eres el hijo de Hangeng… Y te he visto crecer. Pero por encima de ti y de todo el mundo está mi niña. Y por lo poco que me han contado, le has hecho daño.

-Yo…

-¡Calla! Deja que haga su vida. Además, no lo entiendo. Sois como hermanos. ¿Cuánto hace de esto? ¿Eh? ¿Desde cuándo nos estáis engañando?

-Mucho tiempo… Creo que siempre la he querido…

Apretó los puños y tomó aire.

-Largo. No pienso decirte nada.

-Tío Heechul.

-Largo, Bao.-me señaló la puerta.

Ese recuerdo aún me dolía. Recordaba que aquella noche no había parado de llorar. No tenía manera alguna de encontrarla a menos que ella lo quisiera. Ya no volvería a ver a mi pequeña tirana. Y eso había matado y me mataba día a día. Pero ahora… Ahora… La tenía delante. Estábamos en la misma habitación, junto con el resto de Super Junior e hijos. Toda la familia reunida. Sin embargo, todo era un caos. Era imposible que pudiera hablar con ella.

Me había metido de por medio cuando Katty se había abalanzado a por mi chica, pero ambas me habían pegado a mí y luego Heechul me había cogido de la camiseta, encarándose conmigo.

Mi padre había intervenido, exigiendo a su novio que me soltase. El ambiente estaba que ardía y parte de la culpa era mía. Ver a mi padre y a Heechul discutir por nosotros, era lo último que había querido. Pero estaba sucediendo. Y tras la “bronca” de Leeteuk, la propuesta de Yesung me pareció bien. Sabía que en privado no podría hablar con mi niña porque no quería ni mirarme a la cara. Pero si nos sentábamos todos y hablábamos de uno en uno… Tendría mi oportunidad. ¿No? Aunque moriría de vergüenza, pero no me quedaba otra.

Todos nos fuimos sentando en nuestros sitios y Yesung prosiguió con lo que había dicho.

-Va. ¿Quién empieza?-inquirió- Creo que mejor primero la generación joven y luego los adultos.

Pero nadie se ofreció voluntario. Así que miró a su hijo y alzó una ceja.

-Va. Woonie, ¿algo que decir?

De cualquier forma... Es amor. (Tercera parte de ¿Amor o amistad?)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora