Capítulo XIX.

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¿Qué es ese olor? Frunzo el ceño, ¿Alcohol? No recuerdo haber estado tomando. Abro los ojos y me encuentro con la mirada preocupada de Grace mientras sostiene algo en mi nariz.

Al verme despierta se retira un poco y noto que se trataba de un algodón, debo haberme desmayado y usó alcohol para despertarme.

Christian está sentado en la cama a mi lado, lo miro llena de arrepentimiento. No estoy bien, y tiene toda la razón al molestarse conmigo.

-Perdoname. -Digo con la voz quebrada.

Rápidamente me toma en sus brazos y me sienta en su regazo para besar mi cabello. Grace se escabulle de la habitación para dejarnos a solas y dejo salir mis lágrimas.

-Tranquila nena, todo estará bien. -Intenta mantenerse impasible pero lo conozco y escucho su miedo y su dolor.

-Perdón por no obedecerte y por poner en peligro mi vida. Será mejor que me lleves al hospital, no me siento bien. -Confieso.

Me observa alarmado y toma mi rostro entre sus manos mientras taladra mi mirada con la suya -¿Qué está mal, Ana?

-Me duele la cabeza y mi vista se nubla por momentos... Como ahora. -Todo comienza a darme vueltas y me sostengo de sus hombros fuertemente.

Cuando pasa, me dejo caer sobre él, con mi cabeza enterrada en la curvatura de su cuello y mis manos alrededor de su cintura.

Siento como desata el nudo de mi tobillo y sonrío antes de depositar un suave beso en su cuello que le eriza la piel. Masajea el lugar donde estaba la cuerda con cuidado y suspiro complacida.

-Te amo. -Murmuro bajito.

-Eres mi más, mi amor, mi vida. -Responde, derritiéndome.

Permanecemos en silencio lo que parece una eternidad, hasta que Christian me deposita en la cama y besa mis labios dulcemente, introduciendo su lengua en mi boca, arrancándome gemidos de placer.

-Tengo una sorpresa para ti. -Dice cuando nos separamos, premiándome con su sonrisa tímida.

-¿Qué es? -Se ríe abiertamente ante mi impaciencia y niega con la cabeza -Dime, por favor. -Hago un puchero marca Phoebe Grey Steele, pero ni siquiera eso logra hacerlo hablar.

-Le gustará, Sra. Grey. Pero debe esperar. -Besa mi frente y le sonrío -¿Te sientes mejor? -Asiento y me mira ceñudo -Nada de mentiras, Ana. -Bufo y niego lentamente.

-Me siento igual. -Me encojo de hombros, restándole importancia -Supongo que es normal, ya sabes... Por el... -Me callo, incapaz de continuar.

-Nio te preocupes por nada. ¿Quieres que vayamos a la sala? Phoebe quiere que estés con ella mientras llenan los globos. -Su mirada se ilumina al mencionar a nuestra hija -Y Ted ha estado preguntando por ti y por tu salud, es muy listo. -Noto el orgullo en su voz.

-¿Puedes llevarme? -Extiendo mis brazos y me desarma ver lo mucho que le alegra que le deje hacer esto. Sin ningún esfuerzo me levanta y camina conmigo hasta el sofá en forma de L, donde están todos colocando globos en las máquinas que los llenan de aire.

Mis hijos al vernos aparecer corren en nuestra dirección y comienzan a saltar a nuestro alrededor intentando alcanzarme.

-Papi, ¿Po que cadgas a mami? -Pregunta Phoebe con el gesto fruncido.

-Papi, ¿Mami no puede caminar? -Ted se ve horrorizado y luego de cruzar una mirada conmigo Christian me deja sobre mis pies y doy una vuelta para demostrarle a mi hijo que estoy perfectamente, pero mareo al hacerlo y mi cincuenta lo nota. Rápidamente agarra mi cintura y besa mi mejilla para disimular lo sucedido.

Cincuenta Sombras en el Ayer©.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora