Capítulo XII.

34.2K 858 56
                                    

Vamos camino a casa de Grace. Delante de nosotros va Taylor en una camioneta negra, igual a la que conduce Sawyer, quien nos sigue a una distancia prudencial.

Mis niños están emocionados porque pasaremos algunos días en familia. Agradezco que su inocencia no les permita entender lo que verdaderamente sucede, lo último que necesito es a mis bebés asustados porque alguien quiere dañar a su familia.

-Mami, ¿Quién conduce la otra camioneta? -Me pregunta Ted, yo lo miro y le sonrío.

-Tu tío Taylor va en la de adelante y Sawyer es el que nos sigue. -Los señalo a ambos pero mi niño no parece conforme con mi explicación.

-Papá, ¿Sólo dos de las camionetas negras son tuyas?

-Sí, Ted, ¿Por qué?

-Porque desde que salimos de casa nos persigue una. -Se voltea y señala a la parte trasera. Efectivamente, a unos tres o cuatro autos de distancia en el otro lado de la calle, hay una camioneta negra igual a las de nuestra seguridad.

-¿Estás seguro, Teddy? -El pánico atenaza mi garganta y veo a Christian apretar sus puños en torno al volante.

-Sí, mami. -Asiente y nos mira, veo crecer el miedo en su mirada y algo dentro de mí se rompe.

Son mis bebés, no entiendo cómo hay alguien que me odia tanto como para querer dañarlos a ellos y así infligirme dolor a mí. Son dos seres inocentes que no tienen la culpa de los errores que hemos cometido Christian y yo.

Me siento como una leona protegiendo a sus crías. Por mis hijos soy capaz de absolutamente todo, hasta de poner en riesgo mi propia vida. Si tuviese que decidir entre ellos y yo, no necesitaría pensarlo, siempre pondré a mis hijos seguros antes que nada.

Christian habla en clave con Taylor, pero Ted es muy listo y al parecer capta que esa tercera camioneta no tiene buenas intenciones.

-Ted, todo está bien, esa camioneta es nuestra. A Taylor se le olvidó informarme. -Mi niño sonríe y entabla una conversación con su padre sobre ir a volar en Charlie Tango o a navegar en The Grace.

Sé que mi cincuenta le mintió para que no se preocupara, puesto que a Taylor jamás se le olvidaría algo y mucho menos si está relacionado con su trabajo. Quien sea que conduzca esa camioneta tal vez es la misma persona que me envió el mensaje de texto y destruyó la fachada de GEH.

-¡Mierda! -Grita Christian mientas acelera, dejando a Taylor y Sawyer atrás, bloqueando el paso de nuestro atacante.

Por desgracia entramos en una calle de cuatro vías y logra adelantarse, impactando nuestro auto desde atrás, impulsando nuestros cuerpos hacia adelante.

Agradezco que todos estemos bien asegurados en nuestros asientos y solo nos sacudamos, de otro modo probablemente estaríamos gravemente heridos.

Ted y Phoebe comienzan a llorar y Christian pisa el acelerador a fondo, logrando adentrarse en el tráfico y llegar a casa de sus padres rápidamente. Bajamos y tomamos en brazos a nuestros niños antes de entrar corriendo a la seguridad del hogar de mis suegros. Todo el lugar está lleno de guardias y en este momento no me quejo, creo que hasta podría insistir en contratar a algunos más.

Al vernos llegar Grace corre a abrazarnos. Tiene una sonrisa forzada en el rostro pero esta desaparece cuando ve lo afectados que estamos

-¿Qué ha sucedido? -Toma a Phoebe de mis brazos y la abraza con todas sus fuerzas -Ya, nena, todo está bien.

-Una camioneta mala nos hizo bum abuelita. -Solloza con su carita escondida en el cuello de Grace.

-¿Bum? -Se ve sorprendida. Christian asiente y un amago de sonrisa aparece en sus labios, sin duda por la forma en que nuestra hija explicó lo sucedido.

Cincuenta Sombras en el Ayer©.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora