Capítulo II.

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-¿Qué dijiste, Teddy? -Pregunto, con la esperanza de haber escuchado mal o que mi pequeño se equivocase.

-Aquí dice “Se le dianostica un tumor cerebral a..." -Christian arranca la hoja de sus manos y me mira, nervioso.

-¿A quién? -No Phoebe. No Teddy. No Christian. Por favor.

-No alcance a leer, mami. ¡Papi! ¡Déjame terminar! -Mira a su padre y se cruza de brazos. Se parecen tanto.

Grace decide que es momento de irse y yo llevo a ni princesa a su habitación, ya que se quedó dormida en mis brazos. Teddy se ha escabullido a su habitación para jugar con su nueva pista de carreras, es momento de tener una conversación con el Sr. Te-Oculto-Información-por-tu-propia-seguridad.

¡Cómo espera que no haga cosas estúpidas si no sé en realidad qué está sucediendo!

Entro a su despacho y lo veo con las manos sobre su rostro, parece derrotado, incluso destrozado. Llego a su lado y tomándolo por sorpresa me siento en su regazo y paso mis brazos alrededor de su cuello.

Bien... Aquí va... -¿Phoebe tiene... -Inhalo y exhalo fuertemente -...Un tumor cerebral?

Niega lentamente.

-¿Teddy?

Vuelve a negar pero sigue sin decir nada.

-¿Tú? -Mi voz es apenas un susurro.

-No, Anastasia. -Me mira desolado y entonces comprendo que quien tiene un tumor... Soy yo.

La ira es mi método de defensa para bloquear el dolor que siento, el miedo que me atenaza la garganta, las lágrimas que pinchan mis ojos -¿¡Cuándo pensabas decírmelo!? ¿¡Cuando muriera!?

Da un respingo y sus ojos se vuelven de un gris oscuro, como las nubes de tormenta que nublan el cielo del Sound.

-¡No te atrevas a hablar de ese modo! -Gruñe -No dejaré que te suceda nada malo. Pensaba decírtelo cuando esté todo listo para tu operación...

-¿Operación? -Abro los ojos como platos.

-Para extirparlo. -Aclara -Quiero a los mejores especialistas atentiéndote. Ana... -Suspira -Se ha extendido... Es... Grave. -Sus palabras son cada vez más inaudibles -Podría perderte. -Un sollozo rompe el silencio sepulcral, por un momento pienso que es mío, pero no, mi cincuenta está llorando como nunca lo he visto llorar, ¡No, tú no, Christian! ¡Tú me haces fuerte!

La abrazo fuertemente, intentando transmitirle una seguridad que no siento -Christian, ¿Por qué no me he sentido mal?

-No lo sé, nena. Los médicos están sorprendidos. Mi madre...

-¿Lo sabe? -Mi voz se eleva unas octavas. Su silencio me da la respuesta ¡Grace supo antes que yo que estoy en peligro... De muerte!

-Necesitaba que ella se ocupara de todo en el hospital, Anastasia. Por favor, no te preocupes. Solo descansa, nena. -Besa mis labios dulcemente, pero luego de la información que acabo de recibir necesito olvidarme del mundo.

-Creo que hoy hice algo malo, Sr. Grey. Merezco recibir un castigo.

Sus ojos se abren y se vuelven de un gris líquido, sensual... -¿Quieres jugar?

-¿Contigo? Siempre.

-¿Aquí o en la cama? -Cambia mi posición en su regazo, colocándome a horcajadas y frotando su erección contra mi, la tela del pantalón se frota contra mi piel deliciosamente pero no es esto lo que quiero, lo deseo a él. Sin nada entre nosotros. Dentro de mi.

Cincuenta Sombras en el Ayer©.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora