-Mami... -Mi niña duda si continuar y yo la animo con la mirada -Si no nos recuerdas entonces... ¿Ya no nos quieres? -No me mira a los ojos y una lágrima se desliza a través de su rostro.
Me tomó alrededor de diez minutos que mis hijos comprendieran lo que me sucede, o al menos aparentaron entender.
Ted observa a su hermana con los ojos como platos y estos comienzan a tornarse tristes. Yo los envuelvo en mis brazos y beso sus cabellos.
-Mis recuerdos no están, pero mis sentimientos sí. -Ellos me envuelven con sus pequeños brazos y sonrío -Los amo, como siempre los he amado.
-¿No dices mentidas mami? -La voz de mi niña es apenas un susurro que hace dar vuelcos a mi corazón.
-Si no nos recuerdas, no nos puedes querer. -Comenta Ted pensativo.
-Mi corazón no los ha olvidado, mis amores. -Christian entra en la habitación y sonríe al vernos fundidos en un abrazo -¿Viene, Sr. Grey? -Por alguna razón que desconozco mi voz sonó... Juguetona, casi sexy.
Se le enturbia la mirada pero en seguida se recompone cuando mis hijos extienden sus brazos, esperando que su padre se una a nosotros en nuestro momento. Él lo hace.
Nos envuelve a los tres sin ningún problema y besa mi frente. Yo le sonrío tímidamente, me siento avergonzada por el hecho de saber que este hombre es mi esposo y aún así para mi es casi un desconocido.
Y digo casi porque lo amo. Al verlo es como si solo existieramos él y yo, nos encerramos en nuestra propia burbuja. Mi corazón se salta un latido y mi boca se seca cuando estoy en su presencia. Mis manos me hormiguean por querer tocarlo y mis labios ansían sus besos. Además una zona por ahí abajo también demanda atención.
¿Es normal querer tenerlo cerca todo el tiempo? No lo creo. Mientras estuve con los niños no desapareció de mis pensamientos. Me cuesta creer que ese dios griego, ese regalo de Dios para las mujeres, sea mi esposo y me ame tanto.
Me estremezco al sentir su mano sobre la piel desnuda de mi espalda. La delgada bata de hospital tiene una gran abertura y Christian le saca provecho. Con uno de sus dedos va trazando círculos... Arriba y abajo... De derecha a izquierda...
-Mami, ¿También quieres a papi aunque no lo recuerdes? -Pregunta mi niña. Phoebe parece ser demasiado curiosa para su propio bien.
Veo como mi esposo clava su mirada sobre mí y me sonrojo -Lo amo. -Le respondo a mi bebé -Te amo. -Digo esta vez observando los hermosos ojos grises de mi cincuenta.
¿Cincuenta? ¿De dónde ha venido eso?
-Yo también te amo, Ana. -Posa sus labios sobre los míos y nos besamos castamente. Me sonrojo y él ríe.
-¿Cuando iremos a casa, papi? -Pregunta esta vez Ted.
-Debemos esperar que yo la revise para saberlo, pequeño. -Una mujer alta y pelirroja entra en la habitación seguida de una enfermera. Por su bata sé que se trata de una doctora, debe ser la que Christian mencionó que iría a buscar.
-Doctoda Hadison mi mami no tiene memodia, la pedió, ¿Dónde la podemos buscad? -Parece pensar en algo y sus ojitos se iluminan -¡Papi! -Chilla -¡Dile a Welch que la busque!
¿Welch? ¿Quién es y por qué mi hija piensa que puede encontrar algo?
Dejo de pensar en eso cuando todos estallamos en carcajadas. Yo soy la primera en dejar de reír cuando veo que la enfermera no aparta la mirada de mi esposo.
-Cariño. -En seguida está a mi lado y yo le pido que se acerque para hablarle al oído -Te amo. -Susurro y luego planto un beso tierno en sus labios.
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Cincuenta Sombras en el Ayer©.
FanfictionLuego de años de matrimonio... ¿Qué está mal? PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL DE ESTA HISTORIA. Registrada en Safety Creative.