Capítulo XXXI.

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-Elliot, ve con Kate a la sala. Debo darles a todos una noticia. -Dice Christian. No entiendo cómo puede estar tan tranquilo cuando en tan solo unos minutos tendrá que decirle a toda nuestra familia que estoy viva.

-¿Tienes novia? -La voz del tal Elliot tiene un deje de incredulidad. Suelto una risita, ¿Acaso Christian nunca reharía su vida? Debo recordar preguntárselo.

-Elliot. -Responde severamente. El otro suelta un bufido y luego lo único que escucho son sus pisadas alejarse.

Mi respiración comienza a tornarse errática debido a lo nerviosa que estoy. Nunca hubiese pensado que alguna vez me encontraría en una situación como esta y mucho menos que la protagonizaría.

-Toda nuestra familia sabrá que estás viva y de regreso en nuestras vidas. -Se acerca a mi y planta un dulce beso en mis labios, el cual correspondo gustosa.

He descubierto que me encanta la suavidad de los labios de Christian sobre los míos. Amo la forma en que reclama mi boca como suya, desarmándome por completo.

-Prometeme que no soltarás mi mano. -Murmuro contra su boca en un suspiro. Estoy nerviosa, a pesar de saber que todas las personas que están en algún lugar de esta casa me aman y se alegrarán de saber que todo fue una mentira.

-Nunca más, Ana. A partir de ahora te cuidaré como no supe hacerlo antes. -Responde con un aire sombrío que eriza mi piel.

Decido no mencionar la idea que llega mi mente al escuchar sus palabras y la manera en que las dijo. Lo mejor será posponer esa conversación para otro momento, uno menos tenso.

Toma mi mano y comenzamos a caminar. A tan sólo unos pasos distingo voces y risas alegres y me detengo en seco. No puedo simplemente aparecer ante ellos, sería un shock y lo último que quiero es escuchar como gritan o se desmayan por mi culpa.

-Christian, espera. -Coloco mis manos sobre su pecho y lo escucho suspirar. Ese suave sonido y el movimiento bajo mis dedos me relaja inmediatamente -Habla con ellos primero. Si me ven antes de conocer la verdad, será una impresión muy fuerte.

-Buen punto. Bien hecho, como siempre, Sra. Grey. -Esas palabras causan un escalofrío de reconocimiento en mi cuerpo. No es la primera vez que las escucho, estoy segura.

Mi sonrisa se amplía y la emoción crece dentro de mi pecho, ¿Habrá alguna posibilidad...? No. No quiero hacerme ilusiones. Pero ¿Y si...?

-Christian, querido... -Nuevamente una voz a mis espaldas interrumpe nuestro momento. Le sonrío a mi esposo, dándole a entender que debe ir y explicarles que estoy de regreso.

Posa un suave beso en mis labios y luego se aleja de mi lado -Vamos, mamá. Tengo algo que decirles.

-Elliot nos contó lo sucedido hace unos minutos. -Responde la mujer con voz suave -Sé que amabas a Anastasia y que su muerte fue un golpe muy duro para ti. Me dijiste en una ocasión que nunca volverías a enamorarte, porque tu corazón estaba enterrado junto a ella, pero por lo que veo, hay alguien en tu vida. -Murmura en un susurro, como si hablara con un niño. Siento la sonrisa en su voz y la emoción oculta tras sus palabras.

-Jamás podría amar a otra mujer, mamá. -Responde tranquilamente -Entenderás todo en unos minutos.

Sus pasos se alejan y aprovecho mi soledad para tantear la pared. Siento el espacio que da paso a la sala contigua y me detengo a escuchar como todas las voces se detienen en presencia de Christian.

-¿Dónde está mi nieto? -Pregunta un hombre se voz gruesa pero alegre -Quiero desearle un feliz cumpleaños y darle su regalo.

-¡Ted amará mi regalo! -Chilla una mujer -Será su favorito. -Agrega socarronamente, haciéndome reír -¿Dónde está tu nueva conquista, hermanito?

Cincuenta Sombras en el Ayer©.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora