Cincuenta Sombras en el Ayer©.

Capítulo XXIII.

Nota de la autora: ¡ATENCIÓN! Quiero aclararles algo, chicas, ya que leí a algunas descontentas en los comentarios del capítulo anterior. Entiendo que no les guste la muerte de Ana y que quizá quieran dejar de leer el fanfic, están en su derecho. Pero creanme, tendrá un final feliz, de otro modo ya habría terminado. Tengo mis trucos bajo la manga. Les pido que confíen en mi y mis ideas. Les aseguro que no se arrepentirán de seguir esta historia hasta el final. Eso es solo una parte necesaria de la trama, ¡Las recompensaré con mucha felicidad en unos dos o tres capítulos!

Christian POV.

Observo el ataúd color caoba por última vez. Mi madre me mira con los ojos rojos de tanto llorar y entiendo lo que quiere decir, es el momento de decir algunas palabras.

Me aclaro la garganta pero las palabras se niegan a salir. Estoy en estado de shock, según dijo Flynn. En este momento no siento absolutamente nada, soy un ser completamente vacío.

-Anastasia... -Susurro, pero todos alcanzan a oírme. Las conversaciones se detienen y lo único que se escucha son los sollozos amortiguados de algunas personas -Nena, te amaré hasta el último día de mi vida y continuaré haciéndolo cuando me reúna contigo. -Mi corazón comienza a salir del shock. Siento la capa sobre él descongelarse y el dolor es indescriptible -¿Por qué nos abandonaste, nena? -Nunca me había permitido llorar delante de nadie que no fuese ella, pero no me importaba que todos los presentes me vieran hacerlo. Acababa de perder a la persona más importante de mi vida hacía apenas unas horas -Ted, Phoebe y yo te necesitamos... Aún nos faltaban muchas cosas por hacer juntos. ¿Cómo podré cuidar a nuestros hijos sin ti? ¿Cómo podré... -Mi voz se rompe y me dejo caer de rodillas sobre el césped del cementerio -...Vivir sin ti? No puedo imaginar despertar y no verte dormida a mi lado, no quiero pensar en la idea de no volver a verte... -Escondo el rostro entre mis manos y siento dos cuerpos envolverse a mi alrededor. Rápidamente los abrazo también.

-Mami... -Comienza a decir Ted, pero su voz no parece la suya. Es apagada, hueca. Al verlo noto que sus ojos no tienen brillo alguno, están apagados, como mi corazón -...Te voy a extrañar mucho. Quiero abrazarte para no soltarte nunca, mami, ¡Despierta y sal de ahí, por favor! -Intenta correr hacia el ataúd pero lo atrapo justo a tiempo. Lo envuelvo con fuerza mientras grandes sollozos se nos escapan -¡Haz que regrese, papá! -Chilla y quisiera decirle que lo haré. Daría toda mi fortuna con tal de tenerla de regreso.

-Mami... -El tiempo parece detenerse cuando Phoebe habla. Desde que le dijimos que su mamá se fue al cielo, no emitió palabra alguna, todo lo que hizo fue llorar. Todos intentamos hacer que dijera algo, pero fue en vano -...¿Puedes escaparte del cielo y darme un abrazo? Te prometo que te abrazaré muy fuerte para que no puedas irte de nuevo. -Kate cae de rodillas a mi lado y la envuelve entre sus brazos mientras ambas sollozan con fuerza. Pienso que Phoebe ha terminado de hablar, pero la escucho tomar aire para continuar -Te amo, mami. Por favor regresa. No quiero que estés ahí dentro, Dame un abrazo. -Su voz rompe mi corazón, o los pedazos que quedaban de él -Si no puedes regresar, al menos espero que como dijiste, me visites aunque no pueda verte. Gracias por ser la mejor mamá. -Esconde el rostro en el cuello de Kate cuando ya no puede continuar. En este momento no parece una pequeña de cuatro años, sino una niña mucho mayor.

El ataúd comienza a ser bajado y todos lanzamos flores encima. Phoebe está de nuevo en mis brazos junto a su hermano y observamos como comienzan a sepultar el ataúd.

-¡No puedes dejar a mami ahí, papá! -Chilla Ted frenético. Lo abrazo con fuerza para que no corra hacia allá y suceda otra desgracia -¡Tienes que sacarla de ahí! ¡Papá! -Mi madre corre hacia nosotros y lo toma en sus brazos, pero al final es Elliot quien tiene la fuerza para controlarlo con un abrazo casi asfixiante.