CAPÍTULO 45.

179 15 2
                                    

HIELO

Miré hacia abajo. Bajo el acantilado se podía ver el inmenso mar. La marea estaba muy alta y salpicaba las rocas y en ocasiones el agua alcanzaba a donde yo estaba y me salpicaba con su sal. Era una sensación agradable. Me encontraba al borde del acantilado pero no me asustaba.

Los recuerdos inundaron poco a poco mi mente.

"-- ¿Zenda te imaginas como sería poder flotar en las inmensas olas?

Yo sonreí y solté una risita por lo bajo ante el absurdo comentario. Lo que él había dicho no tenía sentido.

--¿De qué te ríes?-- me preguntó.

Yo negué con la cabeza dando a entender que era mejor que no lo supiera.

Un ser diminuto de color blanco surcó por debajo del las olas. Una medusa de nieve. Las llamábamos así porque eran tan blancas como la nieve que pisábamos.

-- Sí, seria genial poder flotar en el mar,  entre las olas como lo hacen las medusas. -- Murmuró él.-- olvidarnos por un momento de todos nuestros males y de todas nuestras desgracias.

Yo agaché la cabeza. En eso estaba de acuerdo con él.

Levanté la cabeza de nuevo para verlo allí, a la orilla del acantilado, con la brisa del viento dándole en la cara y hechandole sus medianos cabellos, que ya necesitaban un buen corte, para atrás.

Se le veía muy atractivo en su postura. El pelo negro le llegaba hasta el final del cuello e iva camino de llegarle hasta los hombros, pero me había prometido que se lo cortaría hasta las orejas en cuanto tuviera tiempo.
Era tan guapo... Los músculos se le notaban por debajo de la ropa. Y esos ojos azules como el hielo miraba soñadores a las inmensidades del mar.

Él se giró a verme al percatarse de que yo lo estaba mirando. Yo me sonrojé y aparté la vista intentando disimular.

Él me sonrió y me extendió una mano haciendome un gesto para que me hacercara. Yo lo hice y una vez a su lado pude ver la maravillosa escena que se formaba en el mar.

Todas las medusas se arremolinaban y bailaban unas al rededor de otras mientras se iluminaban en distintos colores bajo el mar. Era precioso...

Noté como el muchacho pasaba su mano por mi cintura y me atrajo hacia si, para luego susurrarme unas palabras al oído que en esos momentos me parecieron las más bonitas del mundo.

-- Zenda, me gustas.

-- Tú también me gustas -- murmuré.

Y él hacercó su rostro al mio y me besó. Y yo le corresndí."

Ese había sido mi primer beso de verdad. Había sido en ese sitio, en el que me encontraba ahora, donde ambos, Nekane y yo, nos habíamos declarado nuestro amor. Había sido allí.

-- Y ahora todo a cambiado.-- suspiré mirando a las lejanías del inmenso mar que se extendía ante mis ojos.
-- Todo a cambiado y cambiará aun más  y para peor.


Hielo contra Fuego. (LIBRO I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora