CAPÍTULO 33

192 14 0
                                    

HIELO

-- Tío, para la estás asustando.-- Le dijo Kaled al que parecía ser su tío.

El hombre ahora estaba justo en frente de mi rozandome la cara con su mano. Yo me estremecí al sentir su tacto mil veces más caliente de lo normal.

-- Te pareces tanto a tu madre-- murmuró y me miró cómo si estuviera soñando.

Yo gemí e intenté apartarme sin éxito. Tenía miedo. No conocía a ese tipo de nada. Me habría encantado congelarlo en esos mismos instantes, pero hacía ya unos minutos que había bajado las manos a los costados y ahora no era capaz de subirlas de nuevo. Y de todas formas, aunque lo uviera conseguido, no le habría hecho daño porque directamente no tenía agallas para herir a nadie ni tan siquiera en defensa propia. Y eso me hacía sentir aun más débil e invulnerable de lo que ya me creía.

Era irónico que no fuera capaz de lastimar a ese hombre que tanto me hacía estremecer y que sin embargo con Kaled no uviera tenido ningún problema en herirlo.

Tuve ganas de golpearme. Enserio, ¿Porqué era así de extraño mi instinto? Primero me llevaba a la linde para allí conocer a un encantador muchacho, luego me provocaba herirlo por una tontería y ahora que realmente necesitaba usar mis poderes para defenderme del hombre que tenia delante, no era capaz ni de levantar las manos, mucho menos de atacarlo.

Vi como Kaled se dirigía a nosotros y lo apartó de mi de un empujón.

-- ¡Tío, ya basta!-- Gritó-- ¡Déjala en paz! ¿No ves que la estás asustando?

¿De qué va todo esto?

Su tío se quedó parado y su expresión cambio de pronto como si volviera a la realidad.

-- Venid. Tengo que contaros algo importante. -- Dijo serio. Su rostro nostálgico había desaparecido completamente sin dejar rastro. -- Creo que en realidad ya debería haberoslo dicho hace tiempo. Solo es, que no estaba seguro de como hacerlo y de si realmente deseaba hacerlo.

Él hablaba sin dejarnos preguntar siquiera mientras bajábamos las escaleras para dirigirnos a la cocina.

-- Pero creo que ya estáis prepararados-- siguió diciendo. Nos hizo tomar asiento y luego comenzó

-- Lo que os voy a decir os ba a sonar a locura pero debéis escucharme...

Hielo contra Fuego. (LIBRO I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora