La chica de la imagen es Melody.
HIELO
Me tiré en la cama sin parar de pensar en el beso de Kaled. Una ancha sonrisa dibujaba mi cara. Y sabía que estaba mal, pero no podía parar de sentirme genial tras haber vivido esa experiencia. Pero, por otro lado, ese chico también resultaba irritante ¡y era un fogoso! lo cual significaba que no podía ser bueno.
Pero aún así...
-- ¿Y ati que te pasa que estás tan feliz? -- Me preguntó Melody -- ¿y de donde vienes?
-- E estado estudiando en la biblioteca-- mentí -- y estoy feliz porque... ¿Acaso no puedo estar feliz sin más?
-- Siendo tú no.
Esbocé una sonrisa. Melody siempre era así, según ella yo era muy pesimista en muchas ocasiones y siempre necesitaba algún motivo para estar contenta. Lo último era cierto, lo primero... no tanto.
-- Venga desembucha. -- Me insistió Melody.
-- Saqué un sobresaliente en biología-- dije, cosa que no era mentira. Solo que esa nota ya me la habían dado la semana pasada.
-- ¡Ole, menuda nota! Pero no mientas, no estás contenta por eso.
Me quedé en blanco. ¿Y ahora que le decía? Entonces me acordé de una noticia que habían comentado mis compañeros de clase esa mañana. Una noticia que a mi, al igual que a muchos, me alegraba.
-- Nekane-- dije
-- ¿Que pasa con ese idiota?
-- Lo expulsaron del centro por unos días.
Sí, además de por mis emociones con Kaled, también estaba contenta porque Nekane había sido expulsado del centro, aunque, para mi desgracia, solo durante unos días.
¿No podían expulsarlo para siempre? Pensé.
Nekane era el gilipollas del centro. Se creía guay y se metía con "los que no lo eran". Pero yo no lo odiaba solo por eso sino que, desde hacía ya un tiempo, no paraba de mirar siempre para mi hechándome miraditas incómodas y en una ocasión había conseguido acorralarme contra una pared y a poco estuvo de besarme. Si no hubiera sido por la profesora Swait que pasó por ahí en esos momentos, él me hubiera besado y sabe Dios que más.
Me estremecí al recordarlo.
-- ¿Y que hizo para que lo expulsaran? -- Preguntó Melody asombrada. Y no era de extrañar pues, a pesar de ser el peor alumno de todo el recinto, siempre se las apañaba para que el director no pudiera expulsarlo.
-- Al parecer acosó a una compañera de su clase. -- Respondí -- y esta vez no pudo negarlo, lo pillaron infraganti.
-- Menos mal, ¡una buena noticia!-- Se rió ella.
Luego cojímos nuestros libros e hicimos los deberes, cosa que a mi me costó un montón por qué no podía concentrarme. No paraba de pensar en él. En Kaled. En sus ojos marrón fuego, en sus dulces cabellos de mi mismo color, en su cálida piel y en su cálido beso.
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Hielo contra Fuego. (LIBRO I)
FantasyUna guerra sin fin, muchos peligros y amenazas y un secreto que deberá ser descubierto. Un planeta dividido entre el hielo y el fuego en el que sus habitantes son incompatibles y se odian. Berenice, que es una hielana, se dará cuenta de lo equivoc...