CAPÍTULO 5

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En la imagen el color fuego de ojos de Kaled.

HIELO

¿La razón por la que volví a la linde? La desconozco.

Había estado toda la noche pensando en él. Con su pelo corto color negro claro, curiosamente del mismo tono que el mio, y con sus lindos ojos color marrón fuego. La verdad esque era muy guapo.

¡Pero es un engreído! Pensé.

Cuando llegué a la linde él ya estaba allí esperándome, apollado en el árbol quemado del día anterior.

-- Valla, la verdad, no esperaba que volvieras -- Me dijo con una sonrisa picarona.

Yo me quedé muda, no sabía que responderle para revocar sus insinuaciones.

-- ¿Que pasa? ¿Esque acaso no encuentras ninguna, respuesta para justificar que no estás aquí por mi?-

¡Maldito descarado! Noté como mi cara pasaba, de mi tono pálido, al rojo vivo por la furia.

Él se hechó a reír con ganas. ¡Dios!

-- Por cierto -- Dijo mirándome esta vez con una cara picarona que no auguraba nada bueno. -- Ayer dijiste que apostarías lo que fuera si resultaba ser que yo no era más mayor que tú.

-- ¿Que quieres decir?

--Quiero decir que me gustaría apostar.

-- ¿Y por qué qui... quieres apostar?-- Tartamudeé. En realidad, su ahora malébola sonrisa, me daba miedo.

-- O bamos ¿no me digas que tienes miedo?-- Se hechó a reír otra vez --¡Tranquila que no te voy a comer!

--¡Yo no tengo miedo! ¡Mocoso insolente!

-- Pues entonces apostemos-- Dijo y se acercó más hasta estar al borde de la linde.

--Si yo gano me das un beso.

--¿¡Que?!

--¿Que pasa? ¿Tienes miedo?-- Se burló.

--No-- Dije decidida y enfadada.

-- Pues entonces dime cuando cumples-- Me dijo él, su radiante sonrisa no se esfumó en ningún momento de su cara.-- Ah y no me digas que vas a cumplir los 18 porque se que solo tienes 16 años.

¿Pero cómo sabía él eso?

Se rió por enésima vez ya y me recriminó:

-- Mira, si algo se os da fatal a los hielanos, eso es mentir. Se os nota en la cara cuando lo hacéis.

--Bueno, "Señor Experto en mentiras"-- Le espeté-- ¿y como se que no me bas a engañar diciendo que cumples antes que yo?

-- Créeme, no lo haré. ¿Cuándo cumples?

-- Cumplo el 10 de marzo-- suspiré.

-- ¡Mierda!-- Soltó.

-- ¿Que pasa?

-- Yo cumplo el 13.-- Suspiró decepcionado-- pero curiosamente también cumplo en marzo.

Suspiré tranquila y esbocé una sonrisa aliviada. Menos mal.

-- Bueno, como yo he perdido tendré que darte yo un beso. -- Dijo y su maldita sonrisa pícara y malévola volvió a su cara de nuevo.

Yo me quedé de piedra y retrocedí un paso. Pero él, para mi horror, dió un paso alante, traspasando la linde. En cuanto su pie toco la nieve, esta se derritió al instante y bajo ella la hierba que quedó al descubierto se quemó por completo.

Yo retrocedí otro paso mientras él avanzaba otro, así hasta que mi espalda chocó contra el tronco de un árbol nevado. ¡Estaba acorralada!

Me estremecí al tenerlo justo delante de mis ojos. Él tenía una gran sonrisa de victoria. Noté como me ponía las manos en la cintura para acercarme a su cuerpo y luego me besó.

Notaba su piel caliente y sus deliciosos y cálidos labios sobre los míos. Luego sentí como metía su lengua en el interior de mi boca y en lugar de apartarlo, yo respondí al beso. Puse mis manos en su cuello, mientras él me besaba apasionadamente.

¿Como describir la sensación que sentí? Me sentía viva. Kaled, ¡un fogoso! me había robado mi primer beso, pero en esos momentos no me importaba.

Hielo contra Fuego. (LIBRO I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora