CAPÍTULO 28

191 18 0
                                    

FUEGO

-- ¿Que os trae por aquí a vosotros dos? -- Dije dirigiéndome principalmente a la muchacha que se hacía llamar Melody y afirmaba ser amiga de Berenice.

Había decidido que mejor ni le dirigiría la mirada al chico que la acompañaba,que en esos momentos estaba a su lado, porque en esos momentos lo último que quería era una pelea.

-- Queremos saber donde está Berenice.-- respondió Melody.

--¿Como? ¿Esque vosotros tampoco sabéis donde está?

-- ¡No mientas! ¡Está claro que Berenice está aquí contigo en alguna parte! -- Exclamó el desgraciado. Y se dispuso a pasar la linde para pegarme.

Pero Melody se lo impedió agarrándole del brazo lo más fuerte que pudo.

-- ¡Nekane ya basta! ¡Deja de comportarte como un imbécil!-- Le chilló.

Conque se llamaba Nekane, al menos ya sabría cómo nombrarlo.

-- No quiero pelear.-- les aseguré mirando esta vez a Nekane, deshaciendo así mi proposito de no mirarlo ni nada.-- y no se donde está Berenice.

Ahora si que estaba preocupado. Si ni tan siquiera su amiga y su agresor sabían donde se encontraba... Quería decir que esta vez la cosa era seria.

-- No te creo-- respondió él chico mirándome fijamente y con asco. Suponía que era la misma forma como lo miraba yo. O puede que incluso peor, porque él no tenía realmente motivos para odiarme, pero yo a él sí.

-- Haber pero si no está en el internado ni tampoco está aquí... Entonces ¿Donde podría estar? -- Dijo Melody pensativa.

Entonces, como si se hubieran sincronizado al mismo tiempo, ambos los dos chicos abrieron los ojos como platos y se miraron atónitos.

-- No, no es posible. ¡No pudo averlo hecho!-- Exclamó Melody.

-- Sí, siendo ella sí que es posible.  Esa niña a veces no puede evitar hacer locuras. -- Revocó Nekane.

-- ¿De qué estáis hablando?-- Pregunté exasperado por la intriga, pero mientras lo hacía giré la cabeza para ver al paisaje quemado que ellos observaban con expresión horrorizada y lo comprendí.

Se me calló el alma a los pies. Si Berenice estaba en mi tierra ya  podía darla por muerta. En cuanto algún fogoso la viera la mataría, o la capturarian, o sabe Dios lo que le harían. Todo dependería de quien la encontrase.

-- Iré a buscarla. -- Anuncié-- bosotros volved a buestra ciudad y buscarla por allí, alomejor solo se ha ido a alguna parte de vuestra ciudad.-- les dije, pero ni yo mismo me lo creía.

Melody asintió decidida, se había puesto más pálida de lo que ya era. Nekane sin embargo se negó a irse.

-- No, de eso nada. Sabe dios lo que le harás haí en tu tierra. -- Exclamó él evidentemente pretendiendo detenerme y provocarme.

Casi lo consiguió. Pero yo no tenía tiempo para peleas, Berenice era más importante. Asique heché a correr haciendo caso omiso de los gritos furiosos de aquel mocoso estúpido.

Por favor que estea bien, que no la hallan visto. Supliqué. ¡Que no estea muerta!

Hielo contra Fuego. (LIBRO I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora