GANADORA WATTYS 2022
Después de un último año de instituto fatídico, Claire decidió marcharse a estudiar a Nueva York, aprovechando para huir de todo y poder dejar en Londres ese pasado que tanto dolor le causaba. Sin embargo, siete años después y y...
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Años atrás...
La música que sonaba en la gran habitación de Lucy llenaba el espacio. Aquella noche de viernes, la joven pelirroja había invitado a todas las chicas del grupo de baile para hacer una fiesta de pijamas en su casa de Hampstead.
Las risas de las adolescentes acompañaban a las canciones del nuevo disco de Tylor Swift mientras hablaban animadamente sobre todo y nada. Todas excepto Claire.
—Claire, vamos. Intenta desconectar un poco —le comentó Lucy tras dejar un beso en su mejilla, la cual se había percatado de su estado intranquilo—. Lleváis unos meses difíciles en tu casa y una noche de pijamas siempre viene bien.
—Sí, Claire —le dio la razón Paola, con una gran sonrisa—. Tenemos que celebrar que en menos de un mes acabamos el curso y empieza el verano.
—Eso no vale. Si fuera por ti, harías una fiesta todas las semanas para celebrar que cada vez queda una menos para final de curso —la acusó Lily, haciendo reír a todas, a Claire por primera vez.
—Ahí tienes razón —asumió la aludida.
El móvil de Claire recibió una notificación en aquel momento. Evan le acababa de enviar un tierno mensaje deseándole las buenas noches, como la había acostumbrado desde hacía unas pocas semanas. Después de aquel beso en la fiesta de graduación de Evan, las cosas entre ellos habían cambiado. Pocas personas sabían que estaban juntos, pero cualquiera que se fijase en ellos en los pasillos del instituto podía ver que las miradas entre los dos eran más cómplices que de costumbre.
—Esa sí que es una sonrisa sincera —se dio cuenta Paola mientras Claire contestaba al mensaje mordiéndose instintivamente el labio inferior.
—Es una sonrisa de enamorada. Os lo digo yo que la veo en mi hermana cuando habla con su novio —le siguió Wendy.
De pronto, la atención de todas las chicas se desvió de la conversación que mantenían y se centró en Claire. Esta, abrumada por sus interrogativas miradas, bloqueó el teléfono antes de que sus amigas llegasen hasta a ella y lo escondió tras su espalda.
Lucy se apresuró a bajar el volumen de la música antes de unirse a las demás, que estaban prácticamente rodeando a la protagonista del que iba a ser su próximo cotilleo. Nunca se había sentido tan observada y acorralada como frente a aquellas cuatro adolescentes con las que compartía la mayor parte del día desde hacía años.
—Es que el meme que me han pasado es muy divertido —mintió Claire al sentirse presionada.
—¿Ah, sí? A ver, queremos verlo —pidió Lucy con malicia.
—Bah, si es una tontería —se contradijo—. Mejor seguimos hablando de lo que fuese que estábamos hablando.
—Hablábamos de los chicos del equipo de balonmano, Claire. Y queremos saber quién te ha enviado el mensaje que ha hecho que no dieras tu opinión sobre Mark o John —arremetió Paola nombrando a los dos guapos capitanes del equipo de balonmano del instituto, observando a su amiga como si fuese su presa.
