Burbuja (Parte II)

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Eran las siete de la mañana cuando Claire salió de casa de Lucy

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Eran las siete de la mañana cuando Claire salió de casa de Lucy. Tan solo había podido dormir un par de horas, pero se sentía en la obligación de volver con su hermano lo antes posible. Tuvo que entrar por la ventana a su habitación, pues a aquella hora la clínica todavía no estaba abierta al público. No era la primera vez que lo hacía. Eric siempre la dejaba abierta por si prefería pasar la noche con él dado el mal ambiente que se vivía en su casa prácticamente a diario.

Cuando llegó a la habitación, él todavía dormía. Sus padres llegarían, como cada día, a eso de las nueve de la mañana, así que decidió acurrucarse en el sillón en el que pasaba tantas horas sentada al día desde hacía unos meses, donde se quedó dormida casi de forma inmediata.

Antes de la Navidad del año anterior, Eric fue diagnosticado con la enfermedad de Hodkin, un cáncer que comenzó en sus células linfáticas pero que se extendió con rapidez por su cuerpo. Al principio todo fue esperanza. Eric, a parte de sentirse extremadamente cansado, estaba bien. Le llevaban los mejores médicos de Londres y el tratamiento debía ser exitoso, pero el cáncer parecía estar ganando la batalla en las últimas semanas.

Cada vez estaba peor.

Eso, sumado a los numerosos efectos secundarios del fuerte tratamiento que el joven recibía, hizo que su cuerpo perdiese peso, pelo y toda la energía y vitalidad que le caracterizaban. Sin embargo, y a pesar de todo, el muchacho siempre tenía una sonrisa que dedicarle a la gente.

Obviamente, aquella noticia destrozó a la familia Amery. Pero lo peor fue el hermetismo que, sobretodo la madre de Claire, quiso establecer prácticamente desde el principio. De hecho, Eric ingresó por primera vez en una clínica en cuanto tuvo que comenzar el tratamiento y Claire no se enteró hasta casi una semana después de lo que ocurría. Los padres de la joven de casi dieciséis años, en un equivocado intento de protegerla, quisieron mantener a su hija pequeña al margen de todo aquello, pero ¿cómo esconder a alguien tan cercano para Eric la verdad?

Fue él quien acabó contándoselo cuando logró hablar con su hermana tras esta llamarle para preguntarle cómo iba el campamento de fútbol en el que la madre le había dicho que estaba. Por supuesto, aquella gran mentira no mejoró el ambiente en la familia y Claire comenzó a tener problemas con sus padres al haberle escondido algo así.

Ya no era una niña y quería estar apoyando a su hermano en todo momento y ni sus propios padres tenían el derecho de impedirle saber lo que ocurría o de querer alejarla de algo que, aunque era muy duro, ella misma quería pasar junto a la que era la persona más importante de su vida.

Los pasos apresurados de varias personas la despertaron de su sueño. Aturdida, vio a varios médicos y enfermeras sobre la cama de su hermano, sin poder distinguir nada y escuchando tan solo términos médicos que no logró comprender. Su mirada asustada se dirigió hacia la puerta, donde su madre con los ojos llorosos se dejaba abrazar por su padre. Ambos rehuyeron su mirada. No entendía qué estaba ocurriendo, pero desde luego no parecía ser nada bueno.

Siete vueltas al solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora