Pronto los fines de semana se convirtieron en un abismo de inconsciencia y de malas decisiones para Claire. La irritabilidad fue su fiel compañera desde entonces y comenzó a encontrarse mal siempre que pasaban más horas de a las que estaba acostumbrada sin consumir nada.
Muy en el fondo, sabía que tenía un problema, pero se negó a aceptarlo. Pese a todo, estar con Josh y todo lo que él le proporcionaba hacía que se deshiciese del dolor que le provocaba la muerte de su hermano. Y eso no tenía precio.
Se alejó de su familia, de sus amigos y también de Evan. Su rendimiento en el instituto cayó de forma drástica. Podían pasar días sin que apareciese por casa y sus padres, aunque veían a su hija perdida y más delgada que nunca, no pudieron asumir algo como aquello después del golpe que había sufrido la familia con la pérdida de Eric.
Un miércoles lluvioso, al salir del instituto, se fue directamente al bar de Josh. Había comenzado a sudar y a marearse en clase, sintiendo una ansiedad que parecía querer desbordarla. Necesitaba verle y sobretodo una de esas pastillas que siempre llevaba en el bolsillo trasero de sus pantalones vaqueros.
—Claire, deberías frenar con las pastillas —le dijo él cuando se dio cuenta de que lo primero que hizo Claire, mientras le daba un beso para saludarle, era meter una de sus manos en su bolsillo para sacar las pastillas.
—Cállate, Josh. Fuiste tú quien me dijiste que me ayudarían —se justificó ella llevándose rápidamente una a la boca, calmándose al instante.
—Lo sé. Pero no creí que llegaras a ser tan dependiente. Mírate, Claire... Has perdido mucho peso y tienes una cara horrible.
—Eso es porque me encuentro mal hoy.
—Te encuentras mal porque tu cuerpo te pide la droga, Claire. Deberías salir de esto antes de que te pierdas en ella todavía más —se lamentó. Al fin y al cabo, él la quería por mucho que supiese que su relación no era sana y que si Claire seguía con él era sobretodo por las pastillas—. No te daré más.
—¿¡Qué!? —le gritó ella al escuchar aquellas palabras.
—Que no pienso darte más pastillas —repitió bien decidido.
—Como quieras. Ya las buscaré yo por ahí. Si luego me dan mierda porque tú no me das de las tuyas y no sé lo que estoy tomando, ya veremos qué pasa —soltó como chantaje, desesperada.
Pero Josh no iba a ceder. No aquella vez. Claire esperó durante algunos segundos a que reculase y volviese a ser la persona a la que recurrir con facilidad cuando necesitaba drogarse, como ya había pasado algunas veces en las que él dudaba en si seguir con aquello, pero en esa ocasión estaba convencido de su decisión. Lo que menos quería era ser el responsable de que un día acabase tirada en la esquina de un callejón de la ciudad, inconsciente. En parte ya se sentía responsable de la situación de Claire, por ser él quien la introdujo en aquel mundo, pero prefería apartarse antes de que se complicara todavía más.
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Siete vueltas al sol
RomanceGANADORA WATTYS 2022 Después de un último año de instituto fatídico, Claire decidió marcharse a estudiar a Nueva York, aprovechando para huir de todo y poder dejar en Londres ese pasado que tanto dolor le causaba. Sin embargo, siete años después y y...