Josh (Parte I)

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A partir del mismo día en el que Eric desapareció de la vida de Claire, todo fue cayendo en picado

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A partir del mismo día en el que Eric desapareció de la vida de Claire, todo fue cayendo en picado. Las cosas en su casa se tornaron frías. Sus padres a penas hablaban y cuando lo hacían discutían por todo. Claire entendía el dolor por el que estaban pasando, pues también lo experimentaba, pero eso no cambiaba el hecho de que volver a casa todos los días se convirtiera en un auténtico infierno.

Por suerte, Lucy y las chicas del grupo de baile la apoyaron en todo lo que pudieron y más. Evan también estuvo junto a ella, durmiendo muchas noches a escondidas de sus padres abrazados en un intento de que ella redujese las pesadillas que sufría cada noche, pese a tener que estudiar muy duro en su primer año de medicina. Ambos salían juntos desde hacía meses, pero a penas eran conocedores de aquello algunos pocos amigos. Sus padres no sabían nada y no creían que fuese el momento indicado, sobretodo porque Evan ya era mayor de edad y Claire todavía tenía dieciséis. Aunque a Claire tan solo le apeteciese quedarse tumbada en la cama, Evan intentó hacerla salir de casa siempre que podía, incluso aunque fuese con los nuevos amigos que había hecho en la Universidad.

Aquella noche de otoño, Evan invitó a Claire a un bar de copas de Picadilly junto a ellos. No es que le apeteciese demasiado escuchar conversaciones de universitarios sobre clases, sexo o futuro, pero quería estar con Evan todo el tiempo que pudiese. Pocas personas eran capaces de hacerla sentir un poco mejor, apaciguando el dolor con el que se levantaba cada día y, sin duda, una de ellas era él.

Cuando llegaron a la entrada del local, Evan se encontró con otros amigos. Claire se agobió con la multitud que había en la puerta, así que le susurró que estaría dentro cogiendo sitio en alguna mesa que quedase libre.

Poco rato después de entrar, se acordó de que llevaba en su bolso la cartera de Evan y quiso volver junto a él para devolvérsela, pero no esperó que aquel acercamiento se convirtiese en el detonante que la hizo caer al fin en el pozo más profundo que jamás había visitado.

—¿Y tú qué, Evan? ¿Qué haces todavía saliendo con esa niña? —escuchó que le preguntaba uno de sus amigos, haciendo que se quedase quieta y se escondiese detrás de la puerta para poder esuchar—. Es bastante deprimente.

Claire esperó impaciente la respuesta de Evan. Deseó que pusiese a aquel maleducado en su lugar, pero no fue exactamente como habría esperado.

—No seas así, Carl. Claire está pasando un mal momento —contestó sin más.

—¿Sigues con ella por pena? La mitad de las chicas de clase están esperando que estés soltero para tirarte ficha. ¿A qué estás esperando? —comentó otro de los colegas del joven, haciendo reír a los demás.

—Harry tiene razón. ¿Vas a perder tus años de universitario por ella? Es muy duro lo que pasó con su hermano, pero no puede arrastrarte en su depresión —dijo la única chica del grupo con incluso rabia—. Eso es egoísta.

—No puedo dejarla ahora. Me necesita y no podría hacerle algo así —dijo al fin él, intentando cortar la conversación.

Evan se sentía incómodo escuchando hablar así de Claire, siendo incapaz de decir lo que realmente pensaba, que era que los egoístas estaban siendo ellos; que realmente quería a Claire y que él compartía también su dolor. Pero esa falta de valentía fue la que le hizo pensar a Claire que Evan estaba con ella, tal y como decían sus amigos, por pena. Y no quería que eso fuese así.

Siete vueltas al solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora