Los servicios de emergencia no tardaron en llegar. Los sentidos de Claire seguían bloqueados, pareciendo estar viviendo todo aquello como si fuese una película a cámara lenta.
La policía se había llevado a Bethany y ella ya estaba subida en la ambulancia siendo atendida por una médica y una enfermera. Lucy estaba a su lado sin soltarle de la mano, como había hecho desde que llegó junto a la policía y no dudó en abrazarla. Aquel contacto parecía ser lo único que mantenía a Claire anclada a la realidad.
De camino al hospital, las luces de la ciudad alumbraban el rostro de una joven completamente alicaída. Por mucho que las sanitarias y su amiga tratasen de animarla y de hacerla sentir a salvo, ella solo podía sentir el inmenso miedo, el terror que inundaba todo su cuerpo todavía, que temblaba sin cesar.
Una vez en el hospital Saint Thomas, todo siguió igual. La mente de Claire parecía desconectarse por momentos, apareciendo en un box de urgencias sin saber cómo había llegado allí. Su conciencia era un auténtico caos de pensamientos y emociones. Además, su cuerpo estaba tan magullado que el dolor tampoco le permitía hacer más que dejarse llevar por quienes la acompañaban.
Curaron sus heridas, le inyectaron un calmante y decidieron recetarle varios medicamentos para evitar infecciones y calmar el dolor y el estado de ansiedad en el que se encontraba. Claire tenía el labio roto, al que había sido necesario ponerle puntos de sutura. También tenía golpes y arañazos por el resto de su cara y numerosos cortes y contusiones por brazos, abdomen e incluso las piernas. Los médicos le dijeron que con unas buenas curas y tratamiento quedaría sin señales visibles, pero poco se podía hacer con las profundas heridas emocionales que le quedarían tras aquella experiencia. Para aquello, tan solo le serviría el tiempo y el apoyo de sus seres queridos.
Evan llegó cuando Claire esperaba sentada en la camilla a que la médica que la había estado atendiendo llegase con el informe y las recetas. Estaba completamente empapado por la lluvia y su rostro se desencajó en cuanto vio el estado en el que se encontraba Claire. Lucy le había llamado en cuanto subieron a la ambulancia y él se encontraba en un atasco que había al entrar a la ciudad.
Se sintió culpable por no haber podido llegar antes y ayudarla, pero pese a su maltrecho estado se alegró de verla con vida dada las intenciones de la perturbada de su becaria.
—Claire... —susurró el muchacho acercándose a ella con total cautela. No se atrevía a tocarla por si podía hacerla daño.
Ella no contestó. Ni siquiera lo miró. No se atrevía a hacerlo dado su estado. Sin saber por qué, se sentía avergonzada.
—Está en shock, todavía. No ha dicho nada desde que hemos llegado —le informó Lucy, con lágrimas en los ojos. Aunque Claire no se hubiese dado cuenta, la pelirroja no había dejado de llorar desde que la encontró atada y herida en aquella silla de la oficina.
Todo lo ocurrido abordó, de pronto, la mente de Claire. Fue como si, por primera vez, fuese del todo consciente de lo que acababa de ocurrir. Había estado a punto de morir. Sus ojos comenzaron a escocer dolorosamente, su vista a nublarse y las lágrimas salieron sin control de sus ojos, aunque su rostro no expresase nada más. Y es que no podía hacerlo.
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Siete vueltas al sol
RomanceGANADORA WATTYS 2022 Después de un último año de instituto fatídico, Claire decidió marcharse a estudiar a Nueva York, aprovechando para huir de todo y poder dejar en Londres ese pasado que tanto dolor le causaba. Sin embargo, siete años después y y...