GANADORA WATTYS 2022
Después de un último año de instituto fatídico, Claire decidió marcharse a estudiar a Nueva York, aprovechando para huir de todo y poder dejar en Londres ese pasado que tanto dolor le causaba. Sin embargo, siete años después y y...
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A penas eran las seis de la mañana cuando Evan despertó. Todavía le quedaba un poco hasta que sonara el despertador, pero el movimiento que sintió bajo su brazo le hizo desvelarse. Con una sonrisa, recordó lo que había ocurrido con Claire hacía unas horas: la fiesta, las conversaciones, el baile... y los besos. Recordó haberse dormido con ella sobre su pecho, abrazándola, y aunque entonces Claire seguía durmiendo de lado dándole la espalda, él la seguía rodeando con su brazo.
Estuvo varios minutos observando su tranquilo semblante, fijándose en cómo su calmada y lenta respiración hacia que su tronco subiese y bajase en un vaivén casi hipnótico. Decidió irse antes de que se despertara. Aquella mañana le tocaba turno en el hospital. De hecho, le avisaron de que debía ir por la mañana y no por la tarde, que es lo que en realidad le tocaba, justo después de la segunda copa junto a Claire. Aún así, decidió quedarse con ella.
Se levantó de la cama con delicadeza, a penas moviendo el colchón y sin hacer ruido. Al parecer, Claire seguía teniendo el mismo sueño profundo que cuando era adolescente. Se fue hacia a la cocina, bebió un vaso de agua y le dejó una nota a Claire para que no pensara que se había ido molesto o preocupado por lo que había pasado durante la noche, aunque en realidad le daba miedo que quien se encontrase de aquel modo fuese más bien ella.
Claire no tardó mucho más en abrir los ojos, aunque fue el despertador el causante de que su sueño se terminase. Se quejó malhumorada al no encontrar el teléfono móvil donde lo dejaba siempre, teniendo que levantarse para apagar el sonido que aquella mañana le resultó insoportable. Fue al hacerlo cuando sintió aquel ligero aunque punzante dolor en su cabeza, cuando el alcohol, las risas, Evan y su acercamiento volvieron a su mente para despertarla por completo.
No supo cuándo se había ido, pues recordaba que se había dormido con él abrazándola, pero su corazón latía con tanta celeridad y estaba tan nerviosa que no logró distinguir el tipo de sentimiento que le causaba el darse cuenta de que se habían besado y que habían dormido juntos.
No quiso pensarlo. Aquella mañana tenía una importante reunión en la oficina y no quería que ese pensamiento la invadiese sin poderse concentrar, así que apartó el tema al menos hasta que volviese a casa aquella tarde.
Pero no pudo evitarlo ni una hora. Tras darse una rápida aunque relajante ducha y ya arreglada, como cada día, se fue a la cocina para beber una abundante cantidad de agua cuando se encontró sobre la isla un vaso lleno, una nota y un ibuprofeno.
"Buenos días,
Me he despertado a eso de las cinco y me he ido a casa para darme una ducha y darle a Khal un buen paseo. Espero que no te despiertes con mucha resaca, pero te dejo un ibuprofeno para que te ayude a pasar el día algo mejor. Gracias por invitarme ayer a la fiesta, fue genial.
Nos vemos pronto, Kitty-Cat
Evan"
No pudo evitar sonreír. Por mucho que lo hubiese querido apartar, le preocupaba que tras lo de aquella noche algo entre ellos pudiese cambiar o volver atrás. La nota y el mote que usó al final le hizo entender que no. No sabía en qué punto les dejaba lo que habían hecho; ni siquiera lo que ella quería en ese momento, pero al menos se convenció de que Evan no iba a estar mal con ella.