Capítulo 1

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Aprecio...

Después de que me respondiera decidí hacer lo mismo - Oh si, esperaba que me dijiera en que isla nos encontrábamos - Ante mi respuesta el anciano se mostraba pensativo, pero respondió sin más - Estamos en la Isla de Dawn - ¿Isla de Dawn?, nunca escuché hablar de ella, le di las gracias y cuando estaba a unos pasos de perderme entre los árboles me preguntó algo.

- ¿Tuviste alguna clase de accidente o por que te ves así? - Detuve mi andar, lo olvidé, olvidé que me veía así, me di la vuelta y le respondí - El barco en el que viajaba golpeó contra unas rocas hace unos días, se hundió y yo fui arrastrada por el mar, hasta hace un día pude llegar a esta isla, pensaba buscar ayuda ayer pero comenzó a llover y por suerte encontré una cueva no muy lejos de aquí donde pasé la noche - Después de todo es un marín, porque no decir la verdad, si bien es cierto que no debo hablar con extraños el puede serme de ayuda y no se ve como una mala persona. Sin hablar se puso de pie y comenzó a andar, pasando de mi, no fue hasta que notó que no lo seguía que me habló - ¿Qué no piensas venir? - Sin decir nada me di la vuelta y lo seguía por detrás, no estoy segura de cuanto caminamos, pero en el recorrido observaba con cuidado cada detalle que el entorno me brindaba, hermosa vegetación y no se diga del paisaje con esos hermosos rayos de luz que atravesaban las hojas de los árboles, un lago cristalino cuya agua hacia que la luz refeljara en ella y permitia ver los diversos peces que yacían en el.

Sin darme cuenta el anciano detuvo su andar en frente de una especie de casa sobre la montaña, este se giro a verme y me preguntó - ¿Cuál es tu nombre? - rápidamente respondí - Shirio señor - Con eso fue suficiente, se dio la vuelta y se dispuso a "tocar la puerta" a su modo, más que tocar era llegar al punto de hacerla venirse abajo, ocasionando que una mujer furiosa gritará, - ¡¿Quién demonios se atreve a venir a irrumpir en mi casa?! - Debo decir que solo escuchar eso me hizo desconfiar de la persona que comencé a ver frente a la puerta, una mujer de cabellera rebelde color naranja, algo corpulenta, vestía una camisa blanca sencilla, un collar de aparentes perlas rojas sobre la misma, pantalón algo olgado a cuadros verde con unos especie de volantes (vuelos, olanes, como le digan en sus países) al final del mismo, un cinturón en su cadera y unos tipo botines café oscuro, la mujer por si sola era intimidante pero al ver al anciano frente a mi cambio su expresión a ¿Miedo?.

- ¡¿Garp...?! - lo dice como si quien estuviera frente ella fuese el mismo diablo, en fin, ¿Con que mi aparente salvador se llama Garp eh? - Dadan, necesito que cuides de ella por un tiempo, se llama Shirio - La mujer cuyo nombre es Dadan pasó su vista de su peor pesadilla a una molesta dirigida a mi persona - ¡No pienso cuidar más mocosos, esto no es una guardería! - Garp por su lado se limito a decir, con una mirada relajada pero de pocos amigos - Sabes, aún puedo meterte a la cárcel - Con solo pronunciar esas palabras Dadan paso su vista hacia el y pronunciando - No!, no hace falta, la mocosa estará bien aquí - Satisfecho con la respuesta se dio la vuelta dejándome ahí con la mujer.

Cuando esta se adentró a la casa la seguí cerrando la puerta tras de mi.
Observando más el lugar, podemos decir que podría tener más muebles pero no me quejo, solo había una mesa en la que supongo comen todos juntos, me pone feliz pensar que al menos no comeré sola o que tengo un lugar al que llegar pues soy una niña huérfana, tanto mi madre y padre al enterarse de que venía en camino, tomaron la decisión de que al nacer sería dada a un orfanato local y ellos continuarían con su vida sin la menor intención de saber quien era. No tengo resentimiento y mucho menos eso afectó en mi opinión sobre las personas, solo sigo mi camino y supongo que tendrán sus motivos. Volviendo al momento, la mujer se sento en el suelo y comenzó a hablarme - Escúchame mocosa, nosotros somos vándalos de la montaña, este no es un lugar fácil y menos para una niña débil e indefensa, si tienes hambre sales y buscas tu comida aquí no es restaurante - Bueno, no tengo por que quejarme, básicamente me esta dejando vivir en su casa sin tener la más mínima idea de quiens sea, sin decir que básicamente esta obligada a eso, cuando me metí en mi mente esta siguió hablando - ¿Estas escuchándome mocosa? - Oh, tenia que meterme en mi mundo - Si señora - Con solo decir esas palabras ella puso una cara un poco incrédula, divertida a mi parecer - Bueno, al menos eres educada, no como el trio de críos que anda por ahí haciendo quien sabe que, en fin, tu trabajo en esta casa son las tareas, lavaras la ropa y harás el aseo, tienes que ayudar al menos - Si señora - Comos sea, empieza al menos a hacer algo - Supongo que es un bajo precio por tener una casa por las noches y ahora que lo pienso, ¿Dijo que había 3 niños más? Interesante, al menos espero llevarme bien con ellos, cuando estaba por retirarme a hacer lo que me había dicho que hiciera pensé un momento, ¡¿Dónde iba a dormir?! No podía ver ningún cuarto para mi o alguna cama, así que con algo de miedo por hablarle a Dadan de nuevo le pregunté - Disculpe, ¿Donde voy a... dormir? - Sin pena ni gloria me respondió - Con los chicos en su cuarto, esta allá arriba, si no te gusta, es aquí o afuera - "Chicos" ou, ya veo, volví a asentir y me fui de ahí en busca de la ropa que lavar, cuando la encontré, me dirigí al río que vi cuando iba en el recorrido con Garp hacia acá, debo decir que me tarde mi tiempo pero sin abusar.

 dormir? - Sin pena ni gloria me respondió - Con los chicos en su cuarto, esta allá arriba, si no te gusta, es aquí o afuera - "Chicos" ou, ya veo, volví a asentir y me fui de ahí en busca de la ropa que lavar, cuando la encontré, me dirigí al río...

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Al terminar de lavar regresé por donde vine, el día comenzaba a oscurecerse, pero se notaba cómodo el ambiente, cuando al fin llegué tendí la ropa para que se secase por la noche y entré a la casa.

Cual fue mi sorpresa, que al entrar vi a todos comiendo como bestias sin haber sido alimentadas en días, la mesa del centro donde estaban todos era un campo de batalla por quien obtenia la mayor cantidad de carne, mal momento entrar cuando todos estaban ahí pues las miradas no tardaron en posarse sobre mi pequeña persona causando un silencio algo incómodo al menos para mi. Olvidé mencionar que Dadan dijo que podía usar algo de lo que había por lavar, si me quedaba podía usarlo, así que me bañé en el río y me puse una camiseta roja sin mangas y un pequeño short color azul, así que mi apariencia ya no era la de alguien que acabara de sufrir un accidente.

Cuando me quedé estática ahí frente a la puerta Dadan fue la primera en hablar - ¿Dónde te habías metido? - No pude responder pues nuevamente todos empezaron a comer sin importarles un rábano mi respuesta, en un punto de la mesa podía ver a 3 niños, 2 parecían de la misma edad y el último un poco más pequeño, me saco una pequeña sonrisa el pequeño, tan tierno pero los 3 tenían su vista fija en mi como si analizaran.

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Hey! Hola cómo están?

Yo muy bien ×3×

Solo para informar que realmente estoy inspirada y tengo mucho que transmitir con esta historia, más adelante verán mi objetivo con la misma.

Solo espero le esté gustando y que sigan leyendo, sin más hasta la próxima.

Sayonara.

[ Sobre mi cadáver ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora