[ Sobre mi cadáver ]

Capítulo 11

Sentimientos...

Estaba en el comedor esperando el desayuno que Sanji preparaba mientras leía un libro sobre la historia antigua cuando de pronto Nami llega de la nada sentandose a mi lado.

- Hace un rato te vi hablando con Zoro, parece que le interesas - Lo dijo con una voz pícara - ¿Espera qué, porque dirías algo así? - Esta se aseguró de que nadie estuviese cerca para comenzar a hablar - Zoro es bastante callado en cuanto a hablar en este entorno o con nosotros, pero contigo se desenvolvió tanto como para sorprenderme - Oh, ya veo a donde va - Bueno no lo conocía en persona, pero no me cae bien ni mal, solo somos conocidos y compartimos gustos por las espadas y unos cuantos más - Le dije con una sonrisa.

Esta iba a agregar algo cuando de pronto el mencionado entra por la puerta viéndome fijamente. Este se sentó al otro extremo de la mesa, pero no lo negaba era atractivo, mas no lo conocía como para asegurar si podría llegar a gustarme. De cualquier modo hablamos hipotéticamente y ya fue suficiente con pedirle que cuidase de Luffy. Nami se retiró del comedor con obvias intenciones dejándome en soledad con Zoro, no me incomodaba pues como ya dije, a penas existía algo llamado "conocidos" entre nosotros, pero notaba la tensión nacer en la sala por la conversación de anoche.

- ¿Por qué estas tan segura de que algo te va a ocurrir? - Me preguntó de repente - No lo estoy, pero me preparo, pues no quiero dar una esperanza y que de un momento a otro termine equivocándome - Chasqueó la lengua como si lo que dijese fuera molesto - ¿Hay algo que te moleste? - Era una duda que me comenzaba a preguntar - Me molesta tu negatividad - Espera, ¿Cuándo lo fui? - Como si hablara de algo obvio me miró enmarcando una ceja - Ahora, anoche, hace un rato  - Oh querido Roronoa, no es negatividad, es miedo...- Dije cambiando mi expresión a una de terror en pensar lo que se avecinaba haciendo temblar mi vaso de jugo sobre mi mano y notando una rebelde lágrima bajar por mi mejilla.

- ¿Miedo a qué? - Preguntó indiferente - A fallar, a perder a quienes me importan a... morir..., aunque haya jurado dar mi vida por el bien de quienes amo, no quita el miedo que siento por la responsabilidad que yo sola me he encomendado, pero déjame decirte algo, no es algo de lo que me haya arrepentido pues lo haría una y mil veces.

No dijo nada, solo me miró y escuchó en silencio como ya era costumbre, - Entonces pelea, si tanto amas vivir lucha hasta lograrlo y pide ayuda, no es bueno para ti ni para nadie que quieras hacerlo sola, porque no estas sola, tienes a tu hermano y a nosotros junto a el para ayudarte - No pude evitar sentir calidez en mi corazón que hacía tiempo perdí - Es bueno saber que ahora tengo a nuevas personas en mi vida cuando nunca pensé tenerlas - ¿No tenías a Ace y Luffy? - Preguntó curioso -.

- No los tenía en mis primero años de vida, vivía en un orfanato donde fui abandonada apenas nací por mis padres, quienes no quisieron saber de mí desde entonces. Llegué a la vida de mis hermanos a los 10 años - Se sorprendió, aunque no sabía porque - Nunca le he dicho esto a nadie, pero también vengo de un orfanato - Así que Nami tenía razón después de todo - Supongo que compartimos más en común de lo que pensé - Y que lo digas...- Dijo con notoria burla.