Capítulo 2

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Una familia de vándalos...

Al parecer, los 3 chicos tenían mucha curiosidad por mi, es eso o intentaban algo, no lo sé, pero esas 3 miradas son raras, la del que parece ser el mayor que tiene pecas en la cara y el cabello algo largo era de una persona de pocos amigos, la del chico rubio en realidad era una neutral pero algo parecida a la del mayor y finalmente la del pequeño que era curiosidad pura, una ternura.

Sin decir nada salí por la puerta para buscar mi cena de ese día, pues olvidé que Dadan dijo que aquí tendría que ser yo quien consiguiese su comida, dejando a aquellos 3 con sus propios pensamientos.

Aún no tenía ningún pensamiento sobre esa extraña familia, solo que eran algo peculiares en comparación con las familias "tradicionales"

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Aún no tenía ningún pensamiento sobre esa extraña familia, solo que eran algo peculiares en comparación con las familias "tradicionales". Salí de mis pensamientos al ver ese hermoso cielo estrellado y sin más busqué mi comida.

Narra Ace

No tengo ni la más mínima idea de quien era esa persona, menos del porque esta aquí y no me interesa, al acabar de comer me dirigí al cuarto que compartía con Luffy y Sabo seguido de los mismos.
Cuando al fin estábamos los 3 reunidos comenzó a hablar Sabo. - ¿No vamos a decir nada al respecto de la niña que aparentemente va a vivir aquí? - Eso me molestó un poco, solo estaba aquí, no significa que fuese a quedarse, nadie ha mencionado eso, ni siquiera Dadan y no es que me importe, mientras no se meta en mi camino la ignoraré. Ahora quien parecía que fuese a hablar era Luffy - ¿Puede ser nuestra amiga? - Sigue siendo bastante inocente como siempre, sin más hablé - No podemos confiar en ella Luffy, no sabemos cuales son sus intenciones aquí, aparte, no la necesitamos, así que no le hables. - Luffy parecía algo triste, supongo quería conocerla, pero no me importa, mi prioridad es el, como hermano mayor que soy, mi deber es protegerlo, como a Sabo.

El era el más serio aquí hasta que habló - Ace tiene razón Luffy, no sabemos como es y mucho menos si es buena, pero si Dadan dejó que se quedase o como sea que haya ocurrido, puedo suponer que no es una amenaza - Cierto, Dadan no dejaría que alguien "malo" se quedara en la casa, de cualquier manera, no pienso hablarle, no necesito nada de ella, luego de pensar en eso Sabo siguió hablando - Pero no es necesario ser groseros con ella, solo evitemos hablar si no es necesario, en especial tu Luffy, no queremos más problemas - Este mismo frunció el ceño, estoy seguro que eso no le agradó, ahora sin más de que hablar los 3 nos dispusimos a dormir.

Narra Shirio

Cuando al fin acabe de cenar, que fueron un par de peces y una manzana que encontré por ahí retomé mí camino de vuelta a la casa. Ya era tarde y podía notarlo por la luminosidad de la luna, estaba algo frío pero era soportable. Cuando llegué noté el silencio que invadía la casa, así que como decidí que dormiría en el suelo de la sala fui por una manta que había lavado por la tarde y sin más me acomode en una esquina de la sala dispuesta a dormir.
Pero al soñar volví a escuchar el grito de la vez pasada, solo que esta vez el portador de la voz gritaba un nombre, Ace..., no estaba segura de que era lo que pasaba a mi al rededor pues estaba oscuro y no podía moverme, solo escuchaba ese ensordecedor grito, quería ayudar con lo que fuera que estaba pasando, sabía que no era bueno, pero quería ser de ayuda, la impotencia de no poder hacer nada me agobiaba, pues no podía moverme, pero al despertar, estaba llorando.

Frente a la puerta a punto de salir, estaba el chico de las pecas viéndome, yo no reaccionaba, al verlo sentí una mezcla de emociones que no podría describir en una sola palabra y este también parecía algo curioso por ver que me pasaba, sin darle ...

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Frente a la puerta a punto de salir, estaba el chico de las pecas viéndome, yo no reaccionaba, al verlo sentí una mezcla de emociones que no podría describir en una sola palabra y este también parecía algo curioso por ver que me pasaba, sin darle oportunidad a que me hablara, me levanté inmediatamente y salí por la puerta trasera hacia el bosque.

Ya alejada de la casa, me senté bajo un árbol a intentar calmarme, mi respiración era algo agitada pues corrí por bastante tiempo, cuando al fin el silencio se hizo presente podía sentir esa dulce brisa de mañana golpear mi rostro y secar los pocos rastros de lagrimas sobre mis ojos y mejillas pude respirar tranquila, al parecer podría aprovechar un poco el haber salido corriendo lejos para investigar por ahí y desayunar. Dicho y hecho me levante y comencé a caminar, no muy segura de que dirección tomar, dejé que mis pies me llevasen donde quiera que fuesen, se respiraba total naturaleza en el aire, pero esa mala sensación de que algo no andaba bien seguía presente en mi cuerpo, me inquietaba y no podía relajarme.

Para calmar mis pensamientos decidí parar frente un árbol de naranjas y comer cuantas fuesen necesarias para saciar mi hambre.

Esa increíble explicación de dulzura sobre mis papilas gustativas fue gratificante, eran tan dulces como un caramelo, comí hasta que quede satisfecha

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Esa increíble explicación de dulzura sobre mis papilas gustativas fue gratificante, eran tan dulces como un caramelo, comí hasta que quede satisfecha. No noté cuando me quedé dormida recostada bajo el árbol de naranjas, el sol de mañana era como una cómoda manta sobre tu cuerpo en un día de invierno, perfecta para pasar el resto de tu día bajo ella. Cuando menos esperé caí dormida.

Antes de despertar podía sentir que alguien tenia su rostro frente al mio, alterada abrí los ojos instantáneamente y cual fue mi sorpresa al ver al pequeño niño de cicatriz bajo su ojo izquierdo sonriéndome de oreja a oreja - ¡Hola! - Enérgicamente me saludo a lo que confundida pero amigable respondí - Hola - El pequeño se puso aún más feliz de que le respondiese alejándose de mi un poco y esta vez preguntándome algo con su energía y sonrisa característica - ¡¿Te gustan los piratas?! - ¿Piratas?, realmente no solía pensar en esas personas, pero era intrigante, su modo de vivir la vida era envidiable, libertad y un mar entero que esperaba ser descubierto, pero no me desagradaba, si podría decirse que me gustaban y me gustaría ser una para así descubrir y tener esa libertad que tanto había anhelado desde que estaba en ese orfanato, le respondí esta vez igual de enérgica - ¡Claro! -

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Hola!

Solo escribo para saber si tiene alguna sugerencia u opinión sobre la historia, sin más gracias por leer, no vemos!

Sayonara...

[ Sobre mi cadáver ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora