Capítulo 13

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Amargo recuerdo...

Estaba en un lugar cómodo y cálido, podía sentir por primera vez una tranquilidad pues mi mente estaba en blanco y mi cuerpo estaba relajado. De repente una luz molestaba a mis parpados haciéndome abrirlos lentamente, era el sol que se colaba por la ventana de la ¿Enfermería?, al parecer me encontraba ahí, un poco deslumbrada observe a mi al rededor, no había nadie pero notaba que los demás hablaban no muy lejos de donde me encontraba.

Intenté sentarme consiguiéndolo a duras penas, quité esa sabana blanca que estaba sobre mi parte inferior y noté un suero conectado a mi brazo derecho con una bata blanca sobre mi cuerpo.

Me puse de pie dispuesta a dirigirme a la puerta con mi bolsa de suero en mano. Ya estando frente a la misma gire la perilla abriéndola y cruzando por esta, otra vez no podía divizar a nadie cerca, solo los escuchaba.

Observando bien, se encontraban en la cocina y yo me puse en marcha a dicho lugar. Al cruzar la puerta todos las voces cesaron y sus miradas estaban en mi una vez más. Como si de un interrogatorio en sus mentes se tratase pero lo que me alertó un poco, fue la mirada seria de Luffy, este jamás me vio así nunca y si más quien rompió el ambiente tenso que se generó en poco tiempo fue Chopper - ¡Shiro! Deberías estar en cama, aún estas algo débil y pálida - Dijo con notoria preocupación - Estoy bien Chopper, gracias. Más importante aún ¿Qué está ocurriendo? -.

- Eso deberíamos preguntarlo nosotros Shirio-san, ¿Está usted bien? - Dijo amablemente la arqueóloga - Tienen derecho a preocuparse pero, no quiero que carguen con estrés extra - Estoy bien, supongo solo fue por no dormir lo sufieciente estos días, pero todo esta bien y... gracias por preocuparse -.

Narra escritora

Para evadir más preguntas y que el ambiente se calmara, Shirio fue de vuelta a la enfermería para dormir un poco, pero no contaba con cierto espadachín que venía tras ella.

Cuando la fémina estaba por cerrar la puerta una fuerte mano interrumpió su acción, era ese espadachín quien sin preguntar irrumpió en la habitación viendo duramente a la hermana del joven capitán.

Narra Shirio

Y ahí estábamos los dos, en esa habitacion con una aparente competencia de miradas. Desviando mi vista me dirigí a la cama de la enfermería, acostándome en la susodicha y poniendo en su lugar mi bolsa de suero que hasta ese momento seguía cargando en mis manos. El hecho de que se me quedara viendo no me molestaba en lo absoluto, solo me causaba una senacion de tener una mirada sobre mi - ¿Vas a quedarte ahí viéndome todo el día o me dirás que haces aquí? - Este solo me Chasqueó la lengua quedándose en su lugar de pie - Sabes, no me molesta que te quedes ahí, solo no hagas ruido, después de todo, no puedo obligarte a hablar - Dije dándole la espalda.

- Así que después de todo, ¿Vas a hacerlo todo tu sola no? - Habló por primera vez en todo este rato - Ese es solo el camino que decidí tomar Zoro, no estoy diciendo que no necesite ayuda y que recibirla sea malo, solo que no puedo depender siempre de ella y más si quiero algún día crecer como persona, porque después de todo, el destino al que llegaré será diferente al que ustedes aspiran. Porque aún con lo que voy a hacer, yo sola no puedo cambiar el mundo, pero puedo lanzar una piedra sobre el agua para crear muchas ondas, ¿No lo crees Zoro? -.

Mis palabras lo dejaron pensativo, lo suficiente para que se generara un silencio en esas cuatro paredes, pues de la cocina provenían las risas de los demás sonando a lo lejos - Debo decir que para ser hermana de Luffy, eres muy pesimista - La verdad no me sorprende que diga eso, desde que salí al mar por mi cuenta me convertí en alguien así, no era mi intención ni mucho menos, fue por así decir, un mecanismo de defensa para no engañarme a mi misma.

- Aprendí a estar en el mar a las malas, es todo - arqueó una ceja dando a entender que siguiera hablando -.

Cuando me hice a la mar a mis 17 años, me fui sola, como mi hermano Ace, Luffy se había quedado en la isla hasta que cumpliera la misma edad para que pudiera salir al mar por cuenta propia.  Cuando había pasado aproximadamente una semana desde que había partido, pude llegar a un isla en la cual tenía pensado reabasteserme de comida y cosas que necesitase.

Había dejado mi pequeño barco en el muelle local y me dirigí a la zona de tiendas. Estaba pensando que desde un inicio no quería tener compañeros así que no me molestaría en buscar alguno, porque no soporto perder a personar cercanas a mi. Pero todo cambio cuando conocí a esa maldita comprando en un pequeño puesto de frutas. Su nombre era Amelia - ¿Era? - Cuestionó el espadachín después de escucharme sin interrumpir - Si. - Di un largo suspiro sentándome sobre la cama para verle de frente - Nos hicimos muy unidas, tanto, que ese mismo día ya estábamos partiendo juntas sobre mi barco en busca de aventuras juntas.

Pensaba que ella sería la pequeña excepción a mi ambiguo pensamiento, que había logrado encontrar a alguien que siguiera mis órdenes y que estaría a mi lado para cumplir nuestros objetivos, de dejar una marca en este mundo de piratas y llegar hasta donde la vida nos diese oportunidad. Y quién sabe, quizá hasta tener una verdadera tripulación que te dijese "Buenos días" al despertar y que te siguiese en las buenas como en las malas, con esa lealtad. Pero la vida siempre sabe como regresarte los pies a la tierra y no es muy gentil que digamos. Lo único que agregaré es que Amelia murió unos meses después por su propia mano frente mi.

Y así de rápido y sencillo confirmé una vez más, que no puedo quedarme con lo que me hace feliz sin pagar algo a cambio, y aquí fue, mi felicidad y una amiga -.


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Hola!

Sinceramente, creo que quedó algo triste y hasta diría que pesismista, pero advierto que el capítulo que viene si sea un poco más triste, bueno fuera spoilers.

Gracias por leer! No olvides que si te gusta puedes sugerirme ideas, sin más nos vemos en próximas actualizaciones!

Sayonara...

[ Sobre mi cadáver ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora