La fruta del diablo
Los tres hermanos caminaban uno al lado del otro para observar el primer combate. Estaban confiados de ganar, estar juntos había animado el hambiente que los había reunido tristemente, si se pensaba a profundidad era un motivo horrible y amargo.
- ¡Damas, caballeros y juguetes, estos combatientes están listos para derramar las mejores habilidades en Dressrosa, pero la gran pregunta es... ¿Tienen lo necesario para conseguir el aclamado premio? - La presentadora dijo con una sonrisa pícara y burlona observando a la audiencia.
El bullicio de voces y gritos tomó vida en el coliseo llenando la arena de adrenalina y emoción. Los ojos de los hermanos analizaban a sus oponentes, había un poco de todo. Algunos iba a causar más problemas pero nada de que preocuparse aún, con suerte, saldrían sin que nadie se diera cuenta de sus identidades en abrir y cerrar de ojos.
Y como un paralelismo, mientras ellos batallaban contra piratas... alguien más en algún lugar del más allá se debatía entre su conexión con el mundo mortal y el espiritual que reclamaba que se quedara eternamente en sus terrenos, Shirio, la hermana caía. Con un golpe seco al lado de su cabeza abrió sus ojos de lo que le pareció un sueño largo y cansado, su cuerpo reclamaba más allá de sus límites que ya no podía más.
Su ceño se frunció cuando no pudo ubicar el lugar en el que se encontraba, estaba oscuro rodeada de esa masa negra que era impenetrable y aparentemente infinita a la vista. No podría definir con certeza donde empezaba o acababa el suelo en el que se encontraba sentada, era desconcertante como menos.
Cuando intentó pararse apoyada de su brazo derecho, notó que no podía sentirlo. Aguantó un grito ahogado cuando sus ojos se encontraron con lo que quedaba de su brazo cercenado, quedando aún más perturbada cuando más abajo en su pecho un hueco la atravesaba de lado a lado donde debía ir su corazón.
Conmocionada se levantó tambaleante en estado de shock cuando los recuerdos atravesaron su cabeza a una milla por hora. Recordó los gritos, a Ace sobre la plataforma de ejecución, cuando lo lograron liberar, el puño de lava atravesar su pecho, la tortura y al final... sangre que se escapaba de su cuerpo a chorros hasta matarla. Sus ojos se volvieron cristalinos entre alivio y una tristeza embriagante.
Lo había logrado, joder lo había logrado y su hermano esta vivo, Luffy estaba a salvo y nada más importaba. Rió sonriendo a la nada permitiendo que las lágrimas salieran de sus ojos rodando como mares en sus mejillas, al final una persona sin futuro como ella había tenido un propósito en su vida y nada más la llenaba de alegría que haberla intercambiado por darle futuro a su hermano.
Suspiró fuertemente al aire limpiando las lágrimas con su brazo izquierdo calmando sus emociones. Ahora que podía pensar más tranquila se preguntó si esto era el más allá o alguna especie de cielo retorcido, no, no creía haber sido nada cerca a una persona buena en vida como para haber tenido el privilegio de ir al cielo si es que existía.
Comenzó a caminar hacia lo que creía que era el frente, no se sentía como avanzar pero al menos la mantendría entretenida del eterno aburrimiento que seguro lo esperaba. Con cada eco de sus pisadas un nuevo recuerdo le invadía la mente, en su mayoría eventos de su infancia con sus hermanos o algún día de playa cuando era adolescente, uno en el que al cerrar los ojos podía olvidar su existencia por un momento y no pensar en nada, ser nadie.
Se detuvo abruptamente cuando a la lejanía, una luz verde sobre el suelo negro brillaba con intensidad. Reanudó su andar lentamente hasta llegar a lo que parecía ser, una copia de la fruta del diablo que comió en vida. Verde, brillante y preciosa como una esmeralda. Se agachó lentamente con la luz verdosa bañando su rostro y cuerpo.
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[ Sobre mi cadáver ]
FanfictionEn esta historia conocerás a Shirio, una niña que después de naufragar llega a la Isla de Dawn. ¿Cómo será el futuro de Shirio? y aún mejor, ¿En que se relaciona ella con Ace?. Descúbrelo y disfruta de la historia. ♡El futuro tiene muchos nombres. P...