Anthony.
Esto llevar a todos de algún modo me ha comenzado a agradar. Lo sé, suena estúpido, pero ellos me suben el ánimo y es algo que yo no podría desagradecer. Cuando estoy en el mismo entorno que ellos dejo de lado lo pérfido (al menos que lleguemos a ese tema). En cambio, cuando estoy solo me siento literalmente como dije, solo, los malos recuerdos me abruman, pensamientos negativos llegan a mí, mi conciencia se llena de solamente cosas malignas. Aunque hay una cosa más que me mantiene a flote aún: Ian. Él ha mejorado bastante, esta vez ha resistido más que otras veces en rehabilitación. Nunca me cansaré de decir lo orgulloso que estoy de él, mi hermanito. Espero con ansias el día de poder verlo, esto de las llamadas no me ha estado gustando.
Ahora una fiesta me espera.
Al principio no tenía intenciones de ir, no me gustan las fiestas, no he ido a una hace bastante tiempo. Cuando digo que no me gustan no me refiero a que las fiestas son malas o aburridas, sino todo lo contrario, siempre hay amigos o al menos conocidos. Lo que tengo en contra de las fiestas es que la mayoría son inolvidables, o siendo tan buena, tu primera fiesta sin adultos o padres donde está tu grupo de mejores amigos o la persona que te gusta, o siendo la peor. Generalmente las fiestas no son malas, no obstante, pasé una muy mala situación en una, en mi última fiesta.
A la última fiesta que fui no la olvido, ojalá hacerlo. Llegué solo a esa fiesta, era la primera vez que no iba acompañado, yo lo escogí así, no le dije a mis amigos que saldría, porque sabía que ellos querrían venir conmigo. El punto es que cuando estaba en la pista, parado, sin bailar, viendo como todos lo hacían, ahí conocí a una chica, era hermosa, de unos espectaculares ojos marrones que brillaban profundamente, su sonrisa y risitas también eran hermosas y ni hablar de lo que traía puesto; body burdeo de mangas largas y cuello en V junto con una falda negra brillosa que se ajustaba muy bien a sus caderas y piernas. Oh, esa falda. Ella bailaba con mucha pasión, estaba sola también, llevaba rato cerca de mí, pero no la había notado a detalle hasta que choqué con ella. Le pedí disculpas al instante, ella me miró, sonrió y luego rió, no le importó que la había chocado, parecía alegre incluso. Luego me di cuenta que estaba borracha, no le tomé mucha importancia, de todas formas, era una chica mayor bailando ebria en una disco para mayores de 15. Bailamos, conversamos, reímos y jugueteamos por horas, me había ofrecido alcohol y para parecer cool accedí, ambos estábamos lo bastante borrachos a esas horas. De pronto, sin previo aviso, ella me besó, me sorprendí bastante al sentir el impacto de sus labios, pero no la detuve, seguí su muy fugaz beso y así prosiguieron más series de besos en medio de esa fiesta. Hasta ahí podría ser catalogado como bonito. Al cabo de un rato, cuando estaba por amanecer y ya solo hablábamos se nos acercó un chico, parecía mayor que ella, le entregó un vaso con refresco del cual bebió y le dijo: «Mi amor, hasta que por fin te encuentro». Ella lo miró con el ceño fruncido sin entender nada y antes de que ella pudiera decir algo él la jaló del brazo y le dijo algo en el oído, jamás supe qué fue que le dijo y tampoco entendí las señales que mandaba, pude haberlo evitado. La chica se volteó de nuevo hacía mí y me dijo que debía irse, que le agradó pasar el rato conmigo y que espera volverme a ver, me despedí de ella y los observé mientras se alejaban. Él no la guió hasta la salida, sino hasta los baños. Debí alertarme al darme cuenta de ello, sin embargo, pensé que él era su novio y que de alguna forma la acompañaría al baño. Al pasar los minutos y ver que no salía me tomé el atrevimiento de ir hacía allá, cuando llegué conseguí lo peor. Estaba apoyada en una esquina, inconsciente, se encontraba bastante golpeada, sangre había en su rostro y su ropa, la sangre era suya. Estaba sin nada en la parte inferior de su ropa, su falda rota a un lado de ella y sus pantis al otro lado. Ahí, esa hermosa e inocente chica fue brutalmente agredida física y sexualmente por este hombre que no era nadie más que un desconocido. Cuando logré reaccionar llamé al instante a emergencias y la policía, cuando llegaron el hombre se había fugado y nadie más lo conocía. Me sentí tan culpable de eso que jamás se lo conté a nadie. Puede evitar que fuera violada. Ella no merecía eso, por más ebria y drogada que estaba ese imbécil no tenía nada en su derecho de agredirla. Mónica, lo siento mucho de verdad, espero hayas podido superar ese mal rollo después de irte de la ciudad.
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A Prueba
Mystery / ThrillerElizabeth es nueva en la ciudad, sus padres han terminado su gira y deciden establecerse. La matriculan en un instituto y es entonces cuando empieza lo que nunca imaginó... Anthony estudia en ese mismo instituto, pero en segundo y es líder de un ban...