Luego de que tres paramédicos sacaran a Andrew en una camilla del colegio, el oficial Collins salió atrás de ellos junto a Elizabeth y Anthony. Absolutamente todo el Instituto llegó a ver la escena y con eso contemplaron como se llevaban a Andrew, a Elizabeth y a Anthony notando como dos de ellos arrestados estaban.
Anthony se resistió antes de que el oficial pudiera ponerle las esposas. Sin embargo, el oficial sacó su arma eléctrica amenazándole en que si no se dejaba tendría que irse inconsciente. Elizabeth por su parte estaba tan roja como un tomate, ella sin preámbulos dejó que el oficial colocara las esposas y le tomara con fuerza su brazo. Anthony con la cabeza en alto, Elizabeth mirando el suelo y el oficial al medio agarrando fuerte cada uno por sus brazos fue que salieron del salón y del campus. Y todas las personas del colegio estuvieron al tanto de la situación.
Si miraban la cara de Anthony se notaba que estaba lleno de ira, enojado y triste, ya que sabe que esto no debe pasarle a él, ni mucho menos a Elizabeth. Se siente culpable por hacerla llegar ahí, por hacer que ella hallara eso y, aunque él es consciente de que no hizo nada, no puede evitar ese horrible sentimiento de culpa; su amigo está muriendo y él no lo puede evitar, su otra amiga ya murió, la han asesinado y él aún no sabe quién fue el responsable. Ahora con Andrew los médicos sabrán qué hacer, tienen la esperanza de que salga bien.
La policía ya no le tomaba importancia al caso de Rachel Paige, dicen que son solo unos adolescentes y que la chica sí se suicidó, solamente quiso llamar la atención. Cosas que la mayoría de los policías y los adultos de ahora no lo entienden.
Ambos fueron en la misma patrulla policial, el oficial les prohibió hablar, pero eso no les detuvo. Elizabeth llama la atención del chico tocándole la pierna, él la evitaba, pero lo que ellos no saben que tienen en común es que saben leer labios. Ella se intenta acercar más al chico sin que Collins lo note.
Ambos mirándose los ojos y la boca comienzan a comunicarse:
—¿Ahora qué vamos a hacer? —mueve su boca ella haciendo lo posible para que Anthony le entienda.
Él le entendió perfectamente, pero lo único que dijo fue; —Decir la verdad.
Suspirando después y bajando su mirada, mirando sus manos que están cubiertas de sangre aún. Anthony las mira por un momento, repasando en su cabeza qué fue lo que sucedió. Sin recordar nada fuera de lo normal vuelve a mirar a Elizabeth. Ésta voltea su rostro hasta donde él, pues sintió presión en su hombro y por instinto volteó.
—Lo siento —modula el chico con una mirada tan triste que a ella no le importó lo que sucedió, lo que le importa es el chico castaño a su frente, solo quiere que él se sienta bien. Aunque por ahora es imposible.
Llegan a la estación, a pesar de ser la única de San Francisco no es tan grande en como se espera. El oficial apaga el auto y se baja, saca su llave y abre la puerta trasera, baja primero Elizabeth y luego Anthony.
Entran, los oficiales esperaban que los padres estuvieran ahí antes de comenzar. Sin embargo, no hay ningún rastro de padres, ni hermano.
Tras esperar varios minutos deciden comenzar, dicen que a pesar de que son menores ya están grandes y pueden entrar sin adulto. Lo que significa que justo ahora comienzan los interrogatorios.
Elizabeth Speers.
La joven entra esposada junto al oficial, examina el lugar y ve que hay otro oficial sentado en la mesa, es el oficial Ramírez. Las esposas estaban muy apretadas, así que cuando se las retiran ella pasa sus manos por sus muñecas, articulándolas. Se sienta frente del oficial Ramírez y este coloca una cara de póker.
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A Prueba
Mystère / ThrillerElizabeth es nueva en la ciudad, sus padres han terminado su gira y deciden establecerse. La matriculan en un instituto y es entonces cuando empieza lo que nunca imaginó... Anthony estudia en ese mismo instituto, pero en segundo y es líder de un ban...