Abrí mis ojos sin dificultad, espéculo un ambiente desconocido. Me encuentro acostada en una pequeña cama mirando el techo blanco, al percibir en mi olfato ese olor particular complemento donde me ubico, pero, ¿qué hago aquí? Estoy confundida.
Mis oídos se aclararon y me di cuenta de que mis padres se encontraban aquí, los escucho conversar, pero poco era lo que les entendía. Tragué, sintiendo un sabor amargo en mi boca que me hizo quejarme internamente. Seguido de eso comencé a cuestionarme el porqué de mi ingreso aquí, no recuerdo qué pasó. Solo sé que estaba en la fiesta en la casa de John, ¿acaso me embriagué? ¿o me caí, quedando inconsciente?
—¡Hola! Despertaste —retumbó una voz femenina que no reconozco, sacándome abruptamente de mis pensamientos.
Giré mi cabeza a donde percibí los pasos y pude ver de quién se trataba, simplemente una señora de uniforme verde. Al notar mi mirada en ella sonrió y luego de tomar unos papeles salió de la habitación.
Sin moverme suficiente regresé mi cabeza al centro de aquella cama y esta vez sí entiendo lo que discuten mis padres.
—Solo si no le hubieras permitido ir esto no estuviera pasando —señaló mi mamá en un tono molesto.
—¿Qué iba a saber yo que eso pasaría? —respondió mi padre un tanto tranquilo.
Mi mamá estaba por responderle algo, hasta que se dio cuenta que había despertado y estaba sentada en la cama, mirándolos incomprendida. Detuvo a mi padre colocarlo una mano frente a él en señal de stop para después murmurar algo que no pude entender. Ambos entraron a la habitación tomados de la mano.
—¿Qué pasó, mamá? —digo confundida y con la garganta seca.
—Sufriste un desmayo, mi amor —respondió ella.
¿Un desmayo? En mi vida me había desmayado, ni siquiera la vez que corrí por durante horas debajo de un sol insoportable..., ¿Por qué me he desmayado?
—Que raro —murmuré con las cejas arrugadas.
—Lo bueno es que ya estás mejor —dijo mi papá.
—Espero no haber retrasado el vuelo —dije desanimada.
—Oh, eso no importa ahora. Lo que importa eres tú —respondió él mismo.
Giré mi cuerpo a la esquina de la cama y dejé caer mis piernas al aire, observé la habitación buscando un indicio. Todo parece muy normal, todo en orden, como un escenario acomodado.
Me levanté de la cama y tambaleó al sentir todo mi peso sobre mis pies.
—¿Qué haces, Liz? —dijo mi padre, a lo que le ignoré.
Comencé a caminar descalza hasta salir de la habitación, mis padres seguían hablándome y llamándome, pero yo me hacía la que no los escuchaba. Caminé sin detenerme ni mirar a atrás hasta la sala de espera.
Ahí, veo a todos mis amigos, unos sentados y otros de pie, pero ninguno puede verme. Sigo sin comprender qué es lo que ha sucedido. Miro los rostros de cada uno, en ellos puedo determinar: tristeza, llanto y desesperación.
Pero, ¿por qué? Yo estoy bien, además ni siquiera están en la dirección a mi habitación. ¿Acaso pasó algo más? Quiero recordarlo y no puedo, no sé, no logró.
Comienzo a acercarme a ellos mientras entro en memoria sobre la fiesta... Recuerdo que estaba hablando con unas personas, preguntándoles sobre algo que no logro recordar. Luego tuve que irme, mis padres me llamaron, salí con John y Emma de la casa y nos fuimos, pero... ¿Qué más?
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A Prueba
Misterio / SuspensoElizabeth es nueva en la ciudad, sus padres han terminado su gira y deciden establecerse. La matriculan en un instituto y es entonces cuando empieza lo que nunca imaginó... Anthony estudia en ese mismo instituto, pero en segundo y es líder de un ban...