XIX. La nota

53 26 5
                                    

¿Qué es lo que está pasando?

¿Por qué esto dice que el responsable esta frente a mí? Y justo en este momento estoy frente a Anthony.

¿Cómo es que la persona sabía que estaría con él en el momento de leerlo?

¿O acaso no se refiere a él?

No se debe estar refiriendo a él, es muy poco probable. Puede que sea una metáfora, dando a entender que está al mi alrededor constantemente.

No lo creí y volví a leer aquella oración.

Sentí un escalofrío pasar por todo mi cuerpo.

¿Ahora qué hago?

—De-Debo irme —pronuncié en un tartamudeo.

Estoy segura que él notó con claridad lo que hice, así que me percaté en guardar la nota nuevamente en mi bolsillo.

—¿Qué ha sucedido?

—Nada —intento disimular mis nervios—. Tengo una clase ahora.

—Pero... —le interrumpí.

—Adiós Anthony —terminé en un suspiro.

Giré por mis talones y me alejé. Al hacerlo, le escuché maldecir por lo bajo y caminé más rápido, casi corriendo, pasando por un lado a varios oficiales que se encuentran en cada pasillo de este lugar. Corrí hasta llegar al pasillo de lockers.

No puedo creer que sigo viendo a Rachel aquí.

No desconfío de Anthony, pero esa carta me causó un poco de terror.

Me alejé de él por el hecho que tengo una clase, ya falté a una y no puedo faltar a otra más.

¿Tan mala soy mintiendo?

Pero... ¿Por qué escribir una nota con esa clase de mensaje? Cuando lo puede acusar directamente a la policía sin necesidad de mandarme los mensajes a mí. Además ¿Por qué yo?

Ay Anthony Adams, dime por favor que no tienes nada que ver con esto.

No debe ser él... es que no puede.

Él estuvo muy dolido por lo de su amiga y ahora debe más devastado por Andrew.

Esto debe ser una maldita broma pesada.

Abrí mi locker, saqué mis libros y guardé mi mochila. Mi próxima clase es matemática, no es mi materia favorita —tampoco la odio—, al menos me va bien, lo importante es aprobar. Por cierto, tengo un examen y cuando hay exámenes debemos llegar tres minutos antes, ya que el profesor es quien nos asigna los asientos. Faltan cinco minutos para que suene el timbre, debo apresurarme.

Estuve tan centrada en no pensar en la nota, tanto que atacaron un casillero junto a mí y me asustaron aún más. De inmediato supe de quien se trataba, solo me asusté por distracción.

—¿Acaso viste un fantasma? —dijo fingiendo estar asombrado. Luego sonrió y colocó su mano en su pecho inclinándose hacia adelante —. Mi Lady, yo no soy uno por si acaso.

—Solo estaba pensando, tú... ¿Cómo estás, Mark? —Tengo una mirada pesada y estoy segura que es notable a kilómetros.

—De maravilla, acabo de aprobar un examen en el que ni siquiera estudié.

—Vaya, que suerte tienen algunos. Felicitaciones —Fingí una sonrisa.

—Ahora usted, señorita me va a contar que pasa contigo. Porque no eres así, no, no, no —Movió la cabeza hacia los lados negando.

—Estos días no han sido los mejores que se diga —Al terminar la oración rodé los ojos y suspiré en modo de cansancio.

—¿Hablas de lo que pasó ayer? Lo de... —hizo una pausa pensando que decir — el chico ese, ¿Andrew? —Asentí —Oh, linda. Sí me enteré que fuiste quien llamó a emergencias, fuiste muy fuerte al ver aquella escena y no entrar en pánico.

—Estuve a punto.

—Me alegro que no lo hicieras y... ¿Cómo te fue en el interrogatorio?

—Bien no sería la palabra adecuada para usar, pero diría que estuvo tranquilo.

—Está bien —Sonríe mirándome a los ojos —. Sabes... ¿Qué tal si salimos y así te distraes y relajas?

Una sonrisa en mi rostro se formó al escuchar esa pregunta.

No sabía que decirle, pero no quería rechazarlo.

—Veré si puedo, ¿Cuándo?

—El sábado, —asentí — pero no mañana, el próximo sábado —Se retractó.

—A vale, sí. Pediré permiso a mis padres.

—Espero te dejen.

—Ya debo irme a mi próxima clase —Señalé con el pulgar hacia atrás —. Tengo un examen.

—Suerte —Sonrió y me guiño el ojo.

Me reí, di la vuelta y me marché. Ahora debo casi que correr para llegar a tiempo y no me dejen afuera de nuevo.

Andrew es un chico mayor, hablo de que él está en tercer año y jamás me tocará una clase con él. Por lo tanto, solo podemos vernos en los descansos y el almuerzo. Me encantaría tener clases con él, me parece muy divertido, siempre que estoy con él sonrío, aunque él no diga nada gracioso. Me gusta estar con él, me gusta su tono de voz; es tan suave, encantador, y me gustan mucho sus dibujos, tiene un don y me gusta que lo aproveche. Andrew es un chico muy lindo no tanto físicamente, sino en su personalidad, él es respetuoso, empático y amable con todos. Parece un chico salido de película romántica.

Entré al salón antes que cerraran la puerta. La profesora me ubicó junto a Louis, el novio de Violet, porque era el único que estaba sentado solo.

Observé el alrededor y han venido todas mis amigas, me alegro de eso, el día es extraño si alguna de nosotras no está.

Noté que Isabella estaba sentada junto a Lucía, son las únicas de nosotras que están sentada juntas. Emma está sentada junto a Harry, sí, el chico que le gusta, debe hacerla sentir completamente avergonzada, pero con sus habilidades despectivas para simular podría convertirse en la próxima estrella de Hollywood —Hablo en serio, no es sarcasmo—. Finalmente, Violet y Nick se sentaron juntos. Él no apartó sus ojos de la rubia, le está demostrando —y lo hace a diario— que esta fascinado por ella. Al contrario, ella solo tenía ojos en el chico de mi lado y no captaba todo lo que pasaba con Nick.

La profesora está más alegre que de costumbre. Nos dio la oportunidad de poder hacer el examen a cuaderno abierto —Es un gran alivio porque no sé nada de algebra— Obvio que no me perdería por nada del mundo esta gran oportunidad, así que busqué mi cuaderno, que estaba en la rejilla de abajo de la silla, pero algo llama mi atención cuando lo abro...

¿Qué es esto?

Un trozo de papel estorbaba por los demás papeles del cuaderno.

¿Otra nota?

Di vuelta temerosa a la hoja de papel. Al hacerlo confirmé lo anterior.

Esto es un poco amenazante. La leí rápido y la guardé donde mismo estaba.

«Debes hacer caso a tus padres. Esto no es un juego».

Noté cómo Louis me miraba con curiosidad y poco a poco formó una sonrisa. Cualquiera dudaría de él. Quiero decir, él está sentado a mi lado y fácilmente puede poner la nota aquí. Pero no, Louis es como dicen por ahí «una santa paloma», nunca se mete en problemas. Está solamente centrado en lo suyo, además que Violet lo conoce realmente bien, desde que tienen once, pero son novios desde hace unos meses.

—¿Regresamos a los tiempos antiguos? Cuando se mandaban cartas ¿Tienes un enamorado secreto?

Daría lo que fuera para que fuera eso, —Tal vez —Me reí muy bajo, no fuera que la maestra pudiera escucharme.

—Ya pueden comenzar con su examen. Tienen como máximo noventa minutos para terminarlo —ordenó la profesora. Sin intentar valorar las estúpidas notas anónimas, busqué mis apuntes y comencé a contestar.

A PruebaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora