VI. Rosie

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No es que no quiera decirle, la verdad es que no me salen las palabras para decírselo a Anthony. Sé que lo entenderá, pero tengo miedo, la enfermera puede estarme vigilando, por eso es que al final de la clase me aproximé en irme.

Estaba organizando mis libros, rápido, siendo disimulada, y después lo vi al final de pasillo. Sabía que me encontraría, pero pensé que serías más rápida.

Supuse que venía hasta mi casillero, segundos después un rubio lo detuvo, estaba diciendo algo y después gritó: «A buscar a Elizabeth», confieso que reí internamente al escuchar eso.

Anthony llegó a mi lado.

—Beth dime qué te pasó. No te vas a deshacer de mí así de fácil. Ya dime, me preocupa.

Un momento..., Anthony acaba de llamarme Beth, nadie me llama así, quizás piensa que así me dicen los cercanos y dijo que se preocupaba.

Me parece muy extraño. Pensando bien las cosas, es como si me estuviera sacando información ¿y si es un espía? Entonces cuando le cuente todo me amenazará o peor, me secuestra para que no hable con nadie más sobre esto. No creo que sea buena idea confiar en él, es decir, no lo conozco, puede que tenga secretos oscuros.

Lo miré dándole una sonrisa triste ignorando sus palabras.

Colocó la mano sobre mi hombro, —¿Quieres salir esta tarde?

—¿Para qué quieres salir conmigo? —respondo seria.

— Ayudarte. Y me digas qué fue lo que pasó sin tener que preocuparnos por nada. Es solo si quieres.

—Lo pensaré.

—Bueno, te llamaré.

Me es difícil creer que por momentos dudé de esos lindos ojos que parecen sinceros. Me fiaré de él sin bajar la guardia.

Camino hasta la salida para encontrarme con mis amigas, todas ya estaban ahí, esperando que llegara.

—Pensé que ya no vendrías —dice Emma. Se voltearon y comenzamos a caminar fuera del campus.

—Lo siento, me entretuve —respondí.

—Oh, entiendo. ¿Te invitaron a salir?

¿Qué? ¿Cómo lo sabe?

—No, ¿Qué te hace pensar eso? —La miré como si tuviera miopía.

—Pues vi tu cara cuando venias, estabas sonriendo y lo dejaste de hacer al vernos, para disimular.

¿Estaba sonriendo? No me di cuenta.

—¿En serio, Emma? —dice Lucía sonriendo— Vamos Liz, dinos quién te invitó a salir.

Reí, —No es nada importante, ni siquiera una cita.

Violet habló; —Pero, ¿Quién es? Imagino que le dijiste que sí.

—No le respondí nada en concreto, dije que lo pensaría.

—¿Y qué dirás? —preguntó Isabella.

—Aceptaré. Quiero distraerme un rato con —Recordé que es Anthony del que hablamos y por alguna razón no quiero decirles que es él. Tengo un mal presentimiento por parte de ellas —él.

—¿Por qué no nos dices quién es? —dijo Lucía.

—Prometo que en la noche les contaré todo —Guiñé un ojo—. Porque ahora debo virar aquí para llegar a mi casa.

—Te salvó la campana —dice riendo Isabella.

Por segunda vez, pensé.

Me despido y sigo caminado, solo dos calles y llego a mi casa.

A PruebaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora