Capitulo 41

2.3K 304 245
                                    

Capitulo dedicado a ambar_xbts <3











—____, espera... —Erick me miraba con gran tristeza y una gran vergüenza me consumió el cuerpo al pensar que él tal vez había visto todo lo que había pasado, mi reacción incluida. Sus ojos brillaban mientras me susurraba y me acercaba a su cuerpo. —Por favor, mira esto. — Volvió a asomarse a la puerta de la sala de juegos y con una risa seca lo detuve.

—Ya lo vi Erick, y créeme cuando te digo que esa imagen no se borrará jamás de mi cabeza. — Él volvió a tirar de la manga de mi camiseta levemente, mientras que el brillo de sus ojos, que estaban más verdes que nunca, comenzó a disiparse. Me asomé nuevamente, notando que nada había cambiado en realidad, y que Christopher ahora, tenía sus manos bajo la blusa reveladora de Janet. Estuve a punto de hacerme a un lado nuevamente y gritarle a Erick que era un idiota a pesar de que ambos me escucharan y también, a pesar de que él no tenía la culpa de lo que estaba ocurriendo. Pero me detuve cuando noté que Christopher se alejaba de Janet. ¿Se estaba alejando? Sí, se estaba alejando. Y estaba furioso, tan furioso que prácticamente la había empujado para que dejara de tocarlo. Sin decir nada, con zancadas que hablaban por sí solas, tomó su chaqueta y se dirigió fuera de la habitación. Janet, desesperada, corrió detrás de él intentando que se detuviera. Erick, antes de que alguno de los dos pudiera vernos, me tomó por las muñecas y me arrinconó contra la pared, mientras sus ojos volvían a brillar como los había visto hacer hacía unos cuantos segundos, y luego Christopher pasó junto a nosotros, seguido de Janet, con todo el lápiz labial corrido, pero ninguno se inmutó de nuestra presencia. Erick les había hecho creer que no estábamos allí. Sus ojos sólo dejaron de brillar cuando salieron por la puerta principal de la casa. Hice que Erick me soltara en un movimiento brusco, entendiendo muy poco de lo que estaba pasando. —¿Quieres explicarme qué diablos fue todo eso? —Le espeté furiosa, no sabía por qué.

—Janet vino a hablar conmigo hace unos días... —Su mirada era la de una persona culpable de todos sus actos, pero que estaba arrepentida. —Me propuso algo... Para que Christopher estuviera al fin con ella. —Mis ojos cada vez se achicaban más, esperando que me dijera absolutamente todo para poder mandarlo a donde debía ir.

—¿Y tú decidiste engañar a tu hermano para complacer los deseos de esa... Esa perra? — Escupí, tan furiosa que apenas lograba pronunciar las palabras que mi cerebro generaba.

—Joel es mi conciencia generalmente, él actúa como mi moral. Me dice lo que está bien y lo que está mal para que no cometa errores, ¡no sabía qué hacer! —Parecía desesperado por explicarme algo que tenía trabado en la garganta.

—Tienes que dejar de depender de las personas Erick, y aún más importante, dejar de permitir que otras personas se aprovechen de ti. —Sus ojos miraron el suelo por unos segundos, y sólo los volvió a los míos cuando comenzó a hablar.

—No se estaba aprovechando de mí.

—¿Y tú cómo llamas a utilizar tu poder para engañar a tu hermano? ¿Es que acaso eso en tu mundo es un regalo o algo parecido? —Él negó con la cabeza tan rápido que sus rulos cayeron sin permiso sobre su frente descubierta.

—Era un trato. —Junté las cejas sin poder entender. —Ella ganaba algo, y yo también lo hacía.

—¿Y qué ganabas tú logrando engañar a tu hermano para que besara a Janet? —Pregunté, cada vez un poco más exasperada ante sus evasivas de decirme la verdad.

—Yo ganaba... Pues yo... —Chasqueó su lengua como si intentara destrabarla de alguna manera.

—¡Dime la verdad de una vez, Erick! ¿Qué ganabas tú...? —No pude terminar lo que estaba diciendo, y no porque mi cerebro se hubiera trabado por los nervios, o porque la angustia de haber visto a Janet besar a Christopher se estuviera apoderando de mi garganta, no pude terminar lo que estaba diciendo porque algo había obstruido el paso de mis palabras a través de mis labios.

Erick me estaba besando.

Y yo estaba tan perpleja que no podía alejarme. Mis ojos estaban abiertos de par en par, pero aún así no había podido evitar lo que había ocurrido. Erick, me estaba besando.

Erick. Besando. A mí.

Apenas reaccioné cuando su cuerpo se acercó más al mío, encerrándome contra la pared nuevamente, y sus labios comenzaban a moverse a pesar de que los míos no respondían.

Mis manos fueron más lentas que mi cerebro, y después de unos segundos lograron empujarlo de mí por los hombros. Erick se separó al instante, y abrió los ojos después de unos segundos. Estaban llenos de miedo y decepción y algo en la manera en la que me miraba me indicó que una pequeña parte de Erick se había roto dentro de él. Su boca se abría y se cerraba como si intentara decir algo que lo sofocaba en la garganta, y lo único que pude hacer, fue abrir los ojos con perplejidad y tocar mis labios con mis dedos, que aún seguían calientes por el contacto de nuestras bocas.

—Yo... Yo... ¡Maldición! —Susurró segundos antes de salir corriendo hacia la puerta principal de la casa, dejándome completamente confundida por lo que acababa de pasar, esperando que todo simplemente hubiera sido uno de los cuantos sueños que me recorrían el cerebro cuando estaba despierta. Pero no, no lo había sido, porque el portazo de Erick al irse había sonado demasiado real.

Me giré sobre mí misma después de unos segundos, intentando recapitular lo que había pasado minutos atrás, dentro de mi cabeza. Una sensación horrible, incluso más fea que la que me había golpeado en el estómago cuando vi a Christopher besar a Janet, me recorrió todo el cuerpo, y me sentí aún peor al notar que Gina y Jonathan estaban en la escalera, completamente congelados, mirándome con un gran asombro. Era como si no pudieran creer lo que había sucedido, pero no porque no supieran lo que estaba pasando, sino como si, al igual que yo, hubiesen estado soñando despiertos.

—Si tú dices que no pasó nada, entonces nosotros no vimos nada. —Dijo Gina, después de que su mirada había estado paralizada en la mía por más de dos minutos. Jonathan la sostenía con mucho amor de la cintura, y observaba la puerta, como si estuviera esperando que Erick apareciera nuevamente en cualquier momento.

Sin poder hablar, completamente anonadada y perpleja ante lo que estaba sucediendo, corrí a mi habitación como una niña pequeña, sabiendo que Tris no estaba allí para cuestionarme sobre mis lágrimas de dolor tan repentinas ya que había salido con Johann esa noche. Esta vez sí lloré y no podía creer que las gotas que caían de mis ojos no estuvieran relacionadas para nada con Christopher, sino que la causa de ellas era Erick.

Lloraba porque sentía como si le hubiese roto el corazón a uno de mis mejores amigos. Lloraba porque tenía la certeza de que lo había hecho.
















¿Lo esparaban? ¿Opiniones? Las leo...

Para aquellas personitas que leen esta historia, en mi perfil está el link para unirse a un grupo que crearon unas bellas lectoras para hablar, debatir y crear teorías más raras que vacas volando o que yo actualice a tiempo (gg), todo sobre la novela ^^

Gracias iamtaniag y MomentBelen25 <3

Nos vemos pronto con más capitulos para reírse, llorar, enojarse y desmayarse :D

Christopher IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora