Capitulo 5

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Y ahí estaba. Tal y como lo recordaba. Aunque tal vez un poco más desordenado. Con un gran auto en el medio completamente destrozado. Me asomé por encima del hombro de Richard y observé que las piernas de Erick se asomaban por debajo del auto, y Joel, sin camiseta, estaba casi justo frente a nosotros, con el capó del auto levantado y una llave inglesa moviendo alguna tuerca, supuse. Zabdiel se encontraba dentro del auto, y en cuanto escuchó que Richard se aclaraba la garganta, dirigió su mirada hacia nosotros. La sonrisa más grande del universo se plantó en su cara y salió corriendo hacia mí, pisando a Erick en el camino.

—¡PERO MALDITA SEA ZABDIEL! ¡CASI ME PISAS LAS PELOTAS! —Reí un poco ante el comentario, pero rápidamente me obligué a sacar la sonrisa de mi rostro. Richard se corrió de delante de mí cuando Zabdiel aplastó mi cabeza contra su pecho. Estaba sudado y sin remera, ¿qué más podía pedir?

—Gracias por venir. —Me susurró en el oído. Observé cómo Joel miraba de reojo un instante, como intentando averiguar qué pasaba, y en el momento en que se dio cuenta de que era yo, su cuerpo se paralizó, y su boca cayó al suelo, junto con la llave inglesa, que le dio un golpe a Erick otra vez en el cuerpo. Zabdiel me soltó y me empujó un poco hacia adelante. Odiándolo por completo, saludé con la mano, demasiado incómoda.

—¿¡PERO QUÉ MIERDA LES SUCEDE A USTEDES HOY!? ¿¡ESTÁN INTENTANDO MATARME HIJOS DE PUTA!? ¡AL MENOS DIGANMELO PARA QUE ME PUEDA DEFENDER! —Joel tragó saliva, ignorando a Erick y lo vi dudar por al menos diez segundos.

—Hola. —Sonreí por el simple hecho de volver a escuchar su voz. Los había extrañado. Los había extrañado tanto, tanto que sentía que mi corazón iba a estallar de alegría. Desvíe la mirada mientras me limpiaba una lágrima que se había escapado de mi ojo con una velocidad impresionante, intentando que ninguno se diera cuenta de lo que acababa de pasar. Caminé con delicadeza hacia Joel, sabiendo que él no podría moverse ni aunque lo intentara. Sus rostros se veían tan extraños y familiares al mismo tiempo. Pasé mis manos por su cuello y me puse en puntitas de pie. No los recordaba tan altos. Sus manos se deslizaron con cuidado alrededor de mi espalda y supe en ese momento que ambos creíamos que solo era una ilusión creada por nuestro cerebro.

—¿¡Cómo que hola!? ¿¡Están enfermos!? —Me separé de Joel mientras observaba que Erick asomaba su cara apenas por debajo del auto. Sonreí como pude, agachándome un poco para que pudiera verme.

—Hola. —Dije. Él abrió sus ojos con impresión y subió su cabeza, intentando pararse, pero olvidando que aún se encontraba debajo del auto, por lo tanto, se golpeó la frente con extremada fuerza y volvió a caer de espaldas contra el suelo. Zabdiel se rió un poco detrás de mí, Joel aún seguía en shock y mientras, Erick se empujaba con sus piernas para salir por debajo del auto, se tomaba la cabeza y se paraba justo frente a mí, sin remera. Sonreí apenas, en un gesto de incomodidad. —Pero qué recibimiento. Semidesnudos, transpirados y sucios. —Subí mis hombros, intentando hacer un chiste entre tanta tensión. Desprevenida, me quedé estática cuando sentí las manos de Erick en mi cintura, y mis pies flotando en el aire porque me había levantado en un gigantesco abrazo de oso. Su cuerpo estrechó el mío, y me apretó demasiado, sin poder controlar su fuerza a causa de la alegría.

—Nunca más vuelvas a irte. Nunca.

Susurró en mi oído, haciéndome reaccionar. Un sentimiento de culpa más grande que un edificio se apoderó de todo mi cuerpo, acaricié su espalda con mis dedos como respuesta. No quería volver a dejarlos, quería que todo fuera como había sido desde siempre, a pesar de que probablemente había sido una mentira.

—La estás asfixiando, hermano. —Joel interrumpió nuestro abrazo, tomando a Erick por el hombro y alejándolo de mí. Él me soltó de inmediato y desvió la mirada hacia Joel, que lo observaba intentando decirle algo con los ojos. —¿Y qué te trae por aquí, ____? Ya sabes, después de haber desaparecido por meses y no recibir ni una sola llamada tuya. Sabíamos que no estabas muerta porque Richard nos lo dijo. —Su mirada filosa se clavó en mí, y sentí una pequeña opresión en la garganta que no me permitió responderle de inmediato. Eso había dolido. Erick le dio un codazo en el estómago, intentando hacerlo callar, pero estaba bien, entendía su punto.

—Oh, bueno, se me ocurrió que tal vez desaparecer de sus vidas era lo mejor después de que me enteré que nuestra amistad había sido una farsa. —Supe que mi comentario lo había tocado, porque no obtuve respuesta, y Erick sacudió su pelo con nerviosismo.

—Sí, sobre eso... —Estuve a punto de cruzarme de brazos, pero no lo hice. Si estaba aquí, era para arreglar las cosas, no para hacerlas peor. —Lo sentimos mucho. Pero de verdad lo sentimos mucho. No es una broma, ni otra mentira, no nos dimos cuenta de lo que te queríamos hasta que te fuiste. —Tragué saliva, y miré al suelo por unos segundos. Richard se aproximó a mi lado, y Zabdiel le tomó el hombro a Erick, como si le estuviera dando apoyo, o coraje.

—Los tres lo sentimos, ¿verdad? —Ambos observaron a Joel que a su vez miraba el suelo intentando no participar en la incómoda conversación, pero luego de un codazo de Erick, sus ojos volaron hacia mí.

—Sí. Los tres lo sentimos. Mucho. —Creerles, era uno de los mayores riesgos que podría llegar a correr en mi vida. Porque si les creía, y resultaba ser otra vez una mentira, mi corazón no podría soportar otra vez el dolor que había sentido, de eso estaba segura. Pero a su vez, no creerles significaba perderlos para siempre, y esa era una de las cosas que más me aterraban.

—Yo también lo siento. —Solté, perdiendo completamente mi posición de auto confianza, y extremadamente aterrada por volver a poner mi fe en todos ellos. Pero era lo mismo que me había sucedido con Richard aquella vez que se había presentado en mi apartamento, pidiendo hablar conmigo, intentando solucionar todo el dolor que me consumía por dentro. Eran sentimientos encontrados. Ya había perdido a un hermano, no estaba dispuesta a perder a otros tres. A pesar de que me llevaría tiempo volver a restablecer mi confianza en ellos, y estaba segura de que nada podría volver a ser como antes, me encontraba sorprendida al ver lo feliz que estaba de volver a tenerlos en mi vida. —Creí que irme era la solución más fácil. Para ustedes y para mí. Pensé que al igual que Christopher, ustedes ya no me querían en sus vidas, y no podía soportar más rechazo y humillación, para ser completamente sincera. Y para el momento en que Richard me hizo ver que no todo había sido una completa farsa, estaba demasiado enojada y lastimada como para intentar arreglar las cosas. —Esbocé una pequeña sonrisa y observé a Zabdiel. —Pero cuando lo vi entrar por mi puerta, y me abrazó... —Cerré los ojos intentando controlar las lágrimas. —No me había dado cuenta de que los extrañaba tanto, chicos. —Revoleé los ojos. —Por favor, alguien haga algún estúpido comentario que arruine el momento cursi de una vez.

—Erick le pidió a Richard que robara una de tus camisetas porque extrañaba tu olor. —Soltó rápidamente Joel, haciéndome reír con fuerza, y disipando las lágrimas que se habían apoderado de mis ojos. Erick lo volvió a golpear con su codo, y Zabdiel rió al igual que yo.

—Bueno, creo que sería mejor que vayamos a la casa, Gina ha estado cocinando todo tipo de pasteles para ti. —Erick intentó cambiar de tema rápidamente, pero no olvidaría ese comentario ni aunque estuviera muerta. Los tres hermanos se pusieron sus camisetas que habían dejado tiradas por algún lugar del taller, y todos comenzamos a caminar luego de salir por la puerta.

—¿Estás segura de que puedes? —Zabdiel se había apurado para estar junto a mí, mientras que Richard iba detrás de nosotros y Erick y Joel discutían entre sí adelante nuestro, probablemente por el comentario que había hecho minutos atrás.

—¿Lo dices por la pierna? —Negué con la cabeza, intentando asegurarle que todo estaba bien.— Ya casi está curada. —Eso era una mentira, la verdad era que Zabdiel me había hecho meditar sobre mi herida, y era cierto que a pesar de que se encontraba mucho mejor que ayer, podría llegar a necesitar puntos. No tenía la curación exprés que tenían ellos, si sanaba más rápido que Tris, obviamente, pero aún así no tenía las habilidades de un vampiro. Eso era lo que a Richard le preocupaba. Además, el camino desde el taller hacia la casa de los Vélez, no era muy largo, tal vez cien metros dentro del bosque, mi rodilla podía soportar eso.






















Holiss perdón por esta actualización tarde... En breve se suben más <3

Sigo haciendo preguntas para conocernos(?

Quizás sea muy temprano para preguntar esto, pero ¿cómo les gustaría que termine la historia?

(Recuerden que debo escribirle el final a esta novela, y quién sabe, quizás alguna de ustedes sea quien lo defina)

Las leo <3

Christopher IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora